E. RODRÍGUEZ / C.ALCÀNTARA
El Cuerpo de Bomberos tuvo que intervenir en la madrugada de ayer, a las 5.00 horas, para sofocar otro fuego, también intencionado, en una retroexcavadora que se encontraba frente al restaurante Sa Casilla, en la carretera de Sant Antoni (Eivissa). Esta máquina operaba en las obras de ampliación de la carretera. Con este nuevo acto vandálico ya son cuatro el número de máquinas quemadas, dos en la última semana. La Guardia Civil da «máxima prioridad» en este momento al descubrimiento del autor o autores de la quema de las máquinas vinculadas a las obras de las carreteras. Emodus operandi es el mismo en todos los casos: se rompe el cristal de la cabina y se provoca el incendio con un líquido inflamable.
La Delegación del Gobierno asegura que la acción violenta de ayer confirma «dos líneas de investigación abiertas», aunque apunta que, si bien ahora mismo este asunto es «prioritario», no resulta nada fácil. Fuentes de la Delegación del Gobierno señalan que la dificultad de dar con los responsables de estos actos vandálicos radica en el hecho de que se trata de personas supuestamente sin antecedentes policiales. La Guardia Civil tampoco ha avanzado en el esclarecimiento del caso de las pintadas de la casa en construcción de la hija del presidente Pere Palau, aunque se sospecha que todas estas acciones violentas puedan tener un autor o autores comunes. La Delegación del Gobierno teme que estos actos vandálicos puedan ir a más, por lo que considera que las empresas constructoras deberían contratar algún servicio de vigilancia.
Por su parte, el portavoz del Consell, Joan Marí Tur, calificó ayer de «acto de cobardía y salvajismo» la quema de la cuarta máquina. Ante esta situación, pidió a la Delegación del Gobierno que «ponga todos los medios humanos y materiales para que esta escalada de actuaciones contrarias a la paz social tenga punto y final» e hizo un llamamiento para que acaben «con las circunstancias que puedan ayudar a crear ese clima de crispación». La Plataforma Antiautopista también expresó su preocupación por estos hechos. «Rechazamos estas cosas. Nos hacen casi más daño a nosotros que a las constructoras», afirmó uno de los portavoces del movimiento.