Las calles del centro de Palma recuperaron ayer el Vía Crucis que recuerda la Pasión de Jesucristo, después de que el año pasado esta celebración se trasladara a la localidad mallorquina de Sencelles. Cerca de 300 fieles, la mayoría jóvenes, salieron a las 20.00 horas de la iglesia de San Nicolau, punto en el que precisamente había finalizado hace dos años la escenificación de la Pasión de Cristo. A lo largo del recorrido fueron numerosos los ciudadanos que observaron con gran atención el paso de los fieles. El recorrido comenzó en Sant Nicolau, donde se celebró la primera estación de las cinco que hubo en total. Allí se oró «Jesús sirviendo a sus discípulos». La ceremonia siguió su curso desde Sant Nicolau hasta Las Capuchinas, donde se realizó la segunda estación: «Cireneo».
A partir de ahí el Vía Crucis siguió hasta la iglesia de Santa Magdalena, al final de la calle Sant Jaume, donde se escenificó el tercer misterio. «El perdón desde la Cruz». Los fieles se trasladaron a continuación hasta la iglesia de Sant Gaietà, en un recorrido a través de la calle Sant Jaume, donde se oró «La Madre y los discípulos». El acto finalizó dos horas después en la parroquia de Santa Creu, donde se hizo la estación «Cruz. Adoración de la Cruz». El Vía Crucis ha sido convocado tradicionalmente por las delegaciones de Pastoral Universitaria y Pastoral Juvenil. El delegado diocesano de la Pastoral Universitaria, Carles Foz, explicó que este emotivo acto religioso se realiza en Palma aunque tradicionalmente se celebraba en Randa. Se decidió su traslado a la capital para facilitar la presencia de fieles ya que en Randa participaban mayoritariamente personas jóvenes, pero muchas personas que querían acudir no podían hacerlo por dificultades y problemas físicos.
Los fieles se preparan para vivir con intensidad las procesiones de Semana Santa. Hoy se celebra la de Entrada de Jesús a Jerusalén, que saldrá de la iglesia de Sant Jaume a partir de las 18.00 horas.