El acuerdo para impulsar un nuevo convenio de carreteras de 568 millones de euros ha demostrado que, cuando las administraciones tienen buena intención, alcanzar acuerdos puede resultar bastante fácil. En este asunto, desde el president Matas hasta los presidentes de los consells y por supuesto el Ministerio de Fomento tienen su mérito. En primer lugar, hay que reconocer que Matas ha aceptado que los consells sean protagonistas porque, entre otras cosas, serán estas instituciones las que deberán ejecutar el convenio. Matas reunió a los tres consells esta misma semana y consiguió el clima necesario para ir a Madrid con la intención de alcanzar el acuerdo. En segundo lugar, los tres consells han sido conscientes de la parte que les tocaba del «pastel económico» que supondrá el nuevo convenio. Inicialmente, el Consell d'Eivissa reclamó 190 millones, pero el propio Pere Palau se mostró satisfecho por haber logrado tres veces menos. Al fin y al cabo, 68 millones es mucho más que nada.
También hay que destacar el papel de Joana Barceló. La presidenta de Menorca sigue dando prioridad a los asuntos que interesan a su isla por encima de los temas de partido. Barceló ha vuelto a estar a la altura de la institución que representa. Y Munar, pragmática como siempre, quiere que el nuevo convenio resuelva, de una vez por todas, los accesos a Palma, una de las asignaturas pendientes de la red de carreteras de la Isla. Ese es su gran objetivo y ahora ya tiene dinero para hacerlo. El convenio ha demostrado que es posible alcanzar acuerdos por el bien de los ciudadanos, olvidar rencillas políticas y ponerse manos a la obra. Todos pueden salir en la foto, desde luego, pero lo importante es lograr cosas positivas para los ciudadanos.