La finca de Son Rossinyol, situada en el término municipal de Sineu, vivió ayer una fiesta taurina que contó con la presencia del torero Antonio Cortés, que tomó la alternativa de torero a finales del año pasado. Poco antes de ponerse en marcha, Cortés decía sentirse contento de participar en esta jornada festiva, que contó con la presencia de Joan Majoral: «Espero que salgan buenos los novillos de hoy (por ayer). Llevo en la sangre poder torear y esta pasión por el mundo de los toros. Mi ilusión de toda la vida ha sido ésta», explicaba el torero poco antes de iniciar la fiesta.
«Si hoy (por ayer) los novillos salen buenos la verdad es que será una buena jornada y la verdad es que en Son Rossinyol suele haber buenos ejemplares», explicaba Antonio Cortés mientras lo vestía su mozo de espadas, Manuel Gómez.
La fiesta taurina de ayer, que consistió en un tentadero, gustó al público asistente, que prestó atención en todo momento a Cortés.
Antonio Cortés -que fue animado por el público asistente- salió hacia las doce del mediodía y toreó un toro eral. El toro, que parecía manso, resultó ser bravo y dio más de un susto a más de uno de los asistentes. La fiesta continuó con la animación del público.
C.M.