Las «Jornadas sobre un Mar de Recursos», organizadas por eClub Ultima Hora y la Fundación Ramón Areces, concluyeron ayer en la Escola d'Hoteleria i Turisme, en el Campus de la UIB, señalando al hombre como causante de importantes impactos negativos sobre el medio ambiente, como por ejemplo el cambio climático y la traslación de especies a hábitats que no les son propios, actuando entonces como especies invasoras y alterando el equilibrio natural de esos espacios. Las jornadas concluyeron con una ponencia de Gerardo Vasta, del Centro de Biotecnología Marina de la Universidad de Maryland (EE UU) sobre «Biotecnología marina: la próxima revolución» y un mesa redonda con todos los ponentes particiapntes en el simposio: además del propio Vasta, Xavier Rodó, Joaquim Tintoré, Jordi Lalucat y Antonio Figueras, coordinador de las jornadas.
Para Xavier Rodó, del Laboratori de Recerca del Clima de la Universitat de Barcelona, «es innegable el efecto antrópico en el cambio climático. Se puede diverger sobre el grado de incidencia, pero la verdad es que, sin tener en cuenta la acción del hombre, no se pueden realizar modelos de predicción climática». Para Joaquim Tintoré, director del Institut Mediterrani d'Estudis Avançats, «existe una variabilidad natural del clima, pero ahora existe una variabilidad inducida por el hombre, de ahí la necesidad de reducir las emisiones contaminantes y aplicar la sostenibilidad a la actividad económica». Rodó valoró las reducciones de las emisiones establecidas por el Protocolo de Kyoto, pero cuestionó que supongan una incidencia importante en las variaciones inducidas del clima. Además, relacionando clima y enfermedades, Rodó destacó que los cambios climáticos, aunque consistan en pequeñas variaciones de temperaturas, dan lugar a brotes o episodios epidémicos más severos que lo habitual.
Sobre la traslación de especies, Gerardo Vasta apuntó que «se trata de un fenómeno natural, pero las causas antrópicas lo potencian e intensifican. Los movimientos de barcos de un punto a otro del planeta facilitan el traslado de especies y se añaden a las causas naturales, como los vientos o las corrientes marinas. En cualquier caso, las traslaciones provocadas por el hombre, voluntarias o involuntarias, crean impactos inmediatos, bruscos y alteran con mayor incidencia el equilibrio natural». Para Antonio Figueras, del Instituto de Investigaciones Marinas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y a modo de conclusión, «la sociedad empieza a ser consciente de los impactos que crea en el medio ambiente, pero no puede echar toda la culpa a los políticos o esperar que éstos adopten las soluciones. A nivel general, el comportamiento social ante al medio ambiente no es precisamente ejemplar y sólo cuando crezca la sensibilidad respecto al entorno se exigirá a los administradores públicos que sean más eficaces en su protección. Éste es un proceso lento, pero imparable».