La reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera, en la que debía debatirse un tema tan crítico para los intereses de Balears como es la financiación, se ha cerrado de la peor forma posible, tanto para el Gobierno central como para el Ejecutivo que preside Jaume Matas. Por parte del Gobierno, porque todavía no han sido capaces de explicar el alcance económico del acuerdo financiero al que llegaron José Luis Rodríguez Zapatero y Artur Mas de forma tan poco ortodoxa. Es imprescindible que el Gobierno explique de una vez por todas, con luz y taquígrafos, el contenido de ese acuerdo que sigue siendo oculto.
Esta situación, incómoda para el resto de comunidades autónomas, provocó la lógica reacción del Govern balear en la reunión del martes. El conseller Lluís Ramis de Ayreflor se alineó con el resto de comunidades gobernadas por el PP para exigir una explicación convincente que despeje de una vez por todas las dudas que han surgido con respecto a este asunto.
Reconociendo que esta opacidad del Gobierno debe ser denunciada, también es preciso apuntar que el Govern no está siendo todo lo prudente que cabría en una negociación esencial para Balears. Es cierto que no se conoce la letra pequeña del acuerdo, pero también lo es que lo conocido hasta la fecha sería muy beneficioso para las Islas si el modelo financiero catalán se traslada a otras comunidades, como apunta el Gobierno.
El Govern debería tenerlo muy presente. Bien está denunciar una actuación manifiestamente oscura, pero eso no debe provocar que se deje a un lado la prudencia que requiere esta situación. Los ciudadanos de Balears se juegan mucho con este nuevo modelo de financiación. Hay que tenerlo en cuenta.