Llovían las críticas ayer en el campus de la UIB, donde 1.132 examinandos, el 61,62 % de los 1.837 inscritos de Palma realizaron las pruebas del certificado de conocimientos elementales de catalán, nivel B. La razón es que los opositores tuvieron que hacer colas interminables para hacerse con el número que pauta el turno de la parte oral del examen, ya que a mediodía el personal de la Direcció General de Política Lingüística (DGPL) dejó de repartir los citados turnos y anunció que no reanudaría la actividad hasta las 15.45 horas.
A partir de este momento se generó la incertidumbre entre los asistentes a la convocatoria, muchos de los cuales optaron por permanecer en el edificio Ramon LLull de la UIB y hacer cola para hacer el examen oral cuanto antes: «Sabíamos que el examen se haría mañana y tarde, ese no es el problema; lo que molesta es estar aquí haciendo cola para examinarnos. No cuesta nada dar turno al salir del examen escrito y dejar que la gente aproveche el tiempo antes de entrar a la prueba oral, en lugar de estar haciendo colas interminables. ¿No podrían prever mejor estos ridículos asuntos?», decían.