De entre los clásicos de Sant Sebastià, además de la revetla, posiblemente el más conocido de todos sea la Marató Fotogràfica, que ayer celebró su edición número veinte, en la que, seguramente, participaron si no los nietos, sí los hijos de los que estuvieron en la primera. Y es que los tiempos corren que es una barbaridad. Como se trataba de una edición especial, había que celebrarlo. Y a fe que lo hicieron. ¿Cómo? Pues con una torrada en Ses Voltes.
Antes de las nueve de la mañana, la mayoría de participantes había pasado por la mesa de la organización del evento, instalada en la Plaça Major, a recoger el carrete o el CD -dependiendo de si iban a participar con cámara analógica o digital-, así como las bases del concurso y los controles, que este año se reducían a dos, uno en ses Voltes y el otro en la explanada del Parc de la Mar. En cuanto al motivo, o motivos, no eran otros que ilustrar con doce fotos los doce meses del año. O lo que es lo mismo: hacer un calendario.
En el primer control se tendrían que hacer las fotos de los meses de enero, febrero, marzo, abril, mayo y junio, y, en el segundo, las del resto. Y sobre las dos, todos a comer a base de torrada. Eso sí, que cada cual llevara sus viandas, que de los foguerons para torrarlas y de la bebida se encargaba la organización.
Pedro Prieto