Expertos temen que la hiperactividad en niños esté diagnosticada «en exceso». Por otra parte, advierten que esta patología de la conducta, que afecta del tres al siete por ciento de la población infantil, está en la base de muchas conductas inadaptadas y adicciones. Asimismo, resaltan la importancia de un buen diagnóstico y un tratamiento multicisciplinar.
La I Jornada de Divulgación sobre Psicología Clínica y Escolar organizada por el grupo Heia en La Porciúncula concentró a unos 200 asistentes.
Discriminar aspectos diagnósticos del Trastorno por Déficit de Atención por Hiperactividad (TDA-H) y la depresión bipolar en niños y adolescentes centró el encuentro: «La fase maníaca y el TDA-H se pueden confundir», apuntó Oriol Lafau, coordinador de Dispositius de Salut Mental Infanto-Juvenil de Mallorca.
«La depresión bipolar afecta al 1%, su base es genética y el tratamiento farmacológico clásico pasa por normotímicos como lítio. El TDA-H se trata con derivados anfetamínicos porque los excitantes tienen un efecto paradójico en cerebros hiperactivos», dijo.