La luz y el sonido de los fuegos artificiales anunciaban su puntual llegada. Eran las 19.00 horas cuando Sus Majestades los Reyes Magos llegaban al Moll Vell de Palma a bordo del paquebote Rafael Verderà. Cuando pusieron pie en tierra, la lluvia hacía acto de presencia, desluciendo por completo la cabalgata, ya que sólo paró en contadas ocasiones. Miles de personas, la mayoría niños, esperaban con ansías el encuentro con los Reyes Magos. Nada, ni siquiera la lluvia, podía privarles de ver a Sus Majestades, recién llegadas de Oriente. Manos que saludaban efusivamente, gritos de alegría y ojos que emanaban ilusión fue el recibimiento que recibieron.
Unas 150.000 personas, 100.000 menos que el año pasado, según la Policía Local, salieron a la calle. Lo cierto es que hubo bastante menos gente que en ediciones pasadas, pero, a pesar de ello, era de admirar la cantidad de personas que había a pesar del chaparrón. Los protagonistas del desfile fueron los paraguas que tanto servían para resguardarse bajo la lluvia como para recoger caramelos cuando amainaba.
Tras los primeros saludos, la cabalgata se inició en la Plaça de la Reina y continuaron con gran rapidez por Conqueridor, Cort, donde realizaron una parada para saludar desde el balcón del Ajuntament, Colom, Plaça Major, Sant Miquel, Oms, Rambla, Unió, Jaume III y Passeig Mallorca.
La novedad de este año era que los Reyes no fueron montados en camello, sino en carrozas con forma de estrella. En el desfile participaron un total de veinte carrozas divididas en tres temáticas principales: los grandes magos de todos los tiempos, como Gandalf, Harry Potter, Merlin, el genio de la lámpara, el alquimista Hermés o la maga blanca de Narnia; la historia religiosa y los cuentos y las leyendas.
El momento más crítico fue en Cort cuando la lluvia empezó a caer con fuerza; pero, a pesar de ello, la gente no quiso perderse el saludo triunfal de los Reyes desde el balcón del Ajuntament, donde los recibió Catalina Cirer, alcaldesa de Palma, junto a otras autoridades municipales. Entre otras cosas, Cirer pidió a Sus Majestades que los ciudadanos vean cubiertas sus necesidades. En cuanto a la gestión municipal, solicitó que el soterramiento de Antoni Maura quede cubierto. Además, señaló que, pese a la lluvia, no se barajó la posibilidad de anular la cabalgata porque «los Reyes tenían que llegar a todas las casas».
S. Coquillat