La última noche del año deparó la visita de uno de los personajes más importantes del mundo del cine. Woody Allen, el famoso director de películas como «Manhattan», «Annie Hall» o la última y alabada tanto por la crítica como por el público, «Match Point», eligió Mallorca para pasar la última noche del año. El neoyorkino más conocido llegó el pasado sábado a la Isla en su avión privado procedente de Barcelona y decidió alojarse en el exclusivo hotel Mardavall de Costa d'en Blanes. Allen, cuyo verdadero nombre es Allen Stewart Konisberg, acudió a la cena de gala que celebraba el hotel en su Salón Ponent para despedir el año. La cena estaba programada para las 20.30 horas, pero el director, que no quiso ningún tipo de protagonismo, acudió una hora después y se sentó junto a su mujer, Soon-Yi, sus dos hijas, su secretario, su guardaespaldas y un reducido grupo de amigos en una mesa un tanto apartada en el salón.
La cena ofrecida por el hotel consistió en un bufet libre. Sin
embargo, Allen no se levantó en ningún momento de su silla, y era
su esposa quien, acompañada de sus hijas, llevaba los platos a su
marido, quien dio buena cuenta de las exquisiteces gastronómicas
como diversos tipos de caviar, salmón, ostras, langostas, solomillo
de buey, pintada con risotto a la trufa blanca..., todo ello regado
con un tinto Reserva 2000 de Contino, y un blanco de José Pariente,
de Rueda, además de champán Moët Chandon Brut Imperial. Muchos de
los más de 100 invitados que asistieron a la cena no se dieron
cuenta de la presencia del cineasta, quien antes de acceder al
salón aceptó fotografiarse para Ultima Hora. Allen, quien había
sido avisado por el hotel de que había dos periodistas, no puso
ningún reparo a su presencia y en el breve encuentro que tuvo este
periódico con él comentó que era la primera vez que venía a
Mallorca y que lo que había visto (no especificó qué) le había
parecido maravilloso.
Tras la cena y las correspondientes uvas, Allen se retiró a su
habitación en compañía de sus dos hijas, mientras que Soon-Yi
prefirió quedarse un rato más disfrutando de la velada junto al
resto de comensales.
A primeras horas de ayer, el director abandonó el hotel y partió en su avión con rumbo desconocido, aunque es posible que eligiera París para pasar el primer día de 2006. Puede que ésta no sea la última vez que Woody Allen visite Mallorca, ya que hace pocos días firmó un contrato en Barcelona con la productora catalana Mediapro para rodar una película el año que viene en la Ciudad Condal y bien podría repetir visita durante algunos de los parones del rodaje o al finalizar éste. Lo que parece claro es que este genio del séptimo arte cada vez se encuentra más a gusto en España, ya que además de la estrecha relación que guarda con Oviedo, también ha ofrecido junto a su banda, New Orleans Jazz Band, diversos conciertos tanto en la capital del Principado de Asturias como en Vitoria y Barcelona.
Jaime Moreda / Pedro Prieto