MONICA GONZALEZ/EFE
La secretaria de Educación de la FSM-PSOE, Antonia Riera, declaró
ayer que las medidas complementarias a la reforma educativa del
Gobierno socialista propuestas por las Comunidades gobernadas por
el PP «no van en contra de la ley, por lo que su anuncio responde
tan sólo al deseo de crear alarma y confusión». En su opinión, «es
un anuncio mediático, en consonancia con la línea de oposición del
PP, parece una llamada a la insumisión, pero al final cumplirán con
la legalidad». «El PSOE -prosiguió- se ha sentado a dialogar y por
eso ahora el partido conservador tiene que buscar otros problemas y
puntos de fricción, como la asignatura de Latín o los exámenes de
recuperación».
En la misma línea se expresaron tanto la secretaria general del Stei-i, Neus Santaner, como el presidente de la Fapa-Mallorca, Fernando Martín. Para Santaner se trata de «una pataleta, porque al PP no le va bien lo que ha decidido la mayoría democrática en el Parlamento y hace lo posible por encrespar el ambiente».
La portavoz sindicalista calificó de «inmadurez democrática terrible» la postura de los populares, «que vuelven a usar la educación como arma de confrontación».
«Desolación» es la palabra que empleó Martín para definir el estado de ánimo de los padres. «Esta claro que la pretendida voluntad de consenso sólo aparece en una de las partes, porque el PP se está saliendo de él. Pese a que las medidas anunciadas no incumplen la ley suponen que seguirá habiendo dos políticas educativas ante lo cual los grandes perjudicados son los alumnos». Señaló la contradicción que supone que «a nivel nacional defiendan una evaluación externa y en Balears el Govern haya renunciado a ella para realizar una propia».