Viven en chabolas, algunas de ellas a punto de caerse. La mayoría no conocen a su padre, muchos viven al cuidado de sus abuelas, con suerte comen una vez al día, no tienen agua corriente, el suelo es de tierra y comparten, en el mejor de los casos, el único colchón de la casa. Son niños y jóvenes que viven en Bello Amanecer, en el extrarradio de Managua, uno de los barrios más violentos considerado de «alerta roja» por la Alcaldía de Managua.
Apenas tienen lo justo para vivir dignamente; sin embargo, desde hace cuatro años más de 200 jóvenes han comenzado a tener un futuro gracias a la solidaridad de más de un centenar de familias de Balears. Ellas son quienes les ayudan a estudiar en el colegio Nuestra Señora de Guadalupe, dirigido por las hermanas de Amistad Misionera en Cristo Obrero (Amico) desde hace más de 20 años. Y lo hacen a través de unas becas que les abre las puertas a la educación y les cierra la dramática vida en la calle.
Las becas son exclusivamente educativas e incluyen todo lo necesario para que los alumnos puedan estudiar: uniforme escolar, deportivo, matrículas, mensualidades, libros y material escolar. En los casos más extremos, también se les ofrece una comida en el comedor escolar. El coste de cada beca es de 75 euros anuales.
La religiosa mallorquina Esperanza Garau, superiora general de Amico, vive en Centroamérica desde hace más de 30 años. En todo ese tiempo ha conseguido fondos para abrir colegios, dispensarios, hogares infantiles y comedores en cinco países; entre ellos, Nicaragua. Conoce y vive con los más pobres, también con los más necesitados de Bello Amanecer.
«El barrio es un foco de violencia, las familias están desintegradas, no existe la figura paterna, los niños crecen sin afecto y viven muchos de ellos en la calle. La única manera de ofrecerles un futuro mejor es a través de la educación. Por eso son tan importantes estas becas. Les permiten estudiar, educarse, aprender y, en algunos casos, alimentarse. Con hambre no se puede estudiar. Muchas madres no tienen dinero para poder escolarizar a sus hijos y sí lo pueden hacer con esta ayuda», afirma sor Esperanza Garau.