Quién iba a decir hace unos meses que circular, tanto a pie como en vehículo, por Gran Vía Asima del Polígono Son Castelló -tan amplia, con tres carriles por cada lado- iba a ser una auténtica y peligrosa carrera de obstáculos, a veces, imposibles de sortear. Las obras del que será la primera línea de Metro de la historia de la Isla están convirtiendo esta transitada arte ria palmesana en una representación magistral del caos en estado puro. Sólo dos carriles, retenciones, polvo y ruido combinados de tal forma que martirizan a comerciantes y utilitarios de esta zona de Palma.
Esta es la historia de muchos comercios, como por ejemplo, Megadescans. Esta tienda de muebles y colchones tiene por costumbre tener las puertas abiertas. Pero desde que comenzó este proyecto su dependienta sólo sabe quitar polvo. «Hay mucha tierra, tenemos los colchones expuestos y no hago más que quitarles el polvo», apuntó. Además dijo: «Antes nuestro escaparate se veía desde la acera de enfrente, mientras que ahora sólo se puede ver si pasas justo por delante, y eso se nota en la clientela, tenemos bastante menos», concluyó.
Algo parecido le ocurre a Àngels Martínez, empleada de Borràs Sabater, un comercio dedicado a los saneamientos.«Para nosotros, más que el ruido, está siendo el polvo. Pero tampoco podemos olvidar el tema del aparcamiento, llegar aquí es muy complicado. Las obras están delante pero cuando vengan a nuestro lado será peor», vaticinó.