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Los puntos de la polémica

LAS DENOMINACIONES
Las guías editadas por Cort y ayer retiradas debido a la polémica surgida recogen, a todo color y con un diseño muy llamativo, las diferentes formas de denominar al aparato genital masculino sin tapujos como son «plátano, verga, pito, cuca, cigala, instrumento, ballesta, minga, cola, butifarra, falo» sin olvidar otras más populares como «cipote o polla». Sobre estos términos añadía que «es muy habitual evadir la palabra pene y ponerle un nombre más divertido y afectuoso. Se habla con toda naturalidad de la mano, del pie, de la boca... En cambio, cuando hay que hablar de los genitales, se suele cambiar el tono de la voz o la manera de referirse a ellos».

EL SEMEN
En el capítulo dedicado al esperma, los datos que ofrecían las guías también han levantado mucha polémica. En ella se recogen los ingredientes del semen, su color, consistencia y los factores que influyen en ellos con afirmaciones como «en los países industrializados la calidad del semen disminuye un uno por ciento cada año». Sobre la cantidad del esperma en cada excreción apuntaba «se eyacula entre dos y cinco mililitros, para enternos, una cucharada media». En este capítulo se añadían datos como que tiene «entre 5 y 15 calorías por eyaculación», «el esperma tiene pH de 6 a 9» y «hay ingredientes que pueden cambiar el gusto y el olor de los genitales y los fluidos. Los buenos son el kiwi, la piña y sus respectivos zumos. Los malos son los alimentos salados y los alimentos como la carne».

EL ALARGAMIENTO
Las guías se referían a algunas medidas de alargamiento del pene. Su postura era clara. «Una industria que estafa: no existe ningún método científicamente demostrado que sea capaz de agrandar o alargar el pene. En cambio, si existe una industria potente y engañosa que ofrece esta posibilidad». Sobre faloplastias apuntaba que «es una cirugía tan solicitada en las consultas pero cara y relativamente peligrosa que como mucho, aumenta la longitud y erección del pene en reposo pero no en erección». Del uso de pesos o ejercicio del tipo 'jeking' árabe, decía que «ponerse pesas en los testículos o en el pene, o estirarlo con ejercicios diversos puede provocar lesiones importantes». De plantas medicinales apuntaba que «no son un remedio milagroso, sino más bien una ayuda moral».

LOS TRUCOS
Las tres guías informativas sobre sexualidad tampoco se quedaban cortas a la hora de dar consejos. Para los que quisieran sentir su pene más largo sin tener que pasar por quirófano señalaban que «si miras tu pene de abajo a arriba te parecerá más pequeño que si lo haces al revés. Es un efecto visual engañoso. Si te afeitas el pelo púbico o te lo recortas te parecerá el falo más grande (las estrellas del porno lo saben). En caso de sobrepeso (si hay barriga o unos kilos de más), no compares tu cuerpo con el pene, tendrás la sensación de que el pene es más pequeño, ya que no engorda como el resto del cuerpo. En cambio, si adelgazas un poco tendrás la sensación contraria. Los penes más pequeños crecen más durante la erección que el resto».

LA PAREJA
Una de las afirmaciones que más polémica han levantado ha sido la que apuntaba que «la sexualidad es cosa de dos (o más). Por eso es importante que estés pendiente de las reacciones de tu pareja o acompañante». Además, también remarcaba que «las señales verbales y no verbales que te envíen indicarán si debes seguir por aquí o pararte para probar otras cosas». Además precisaba como garantía para obtener un coito respetuoso «alargar los preliminares el tiempo que haga falta, asegurarse de que la zona esté bien lubricada -o en su defecto lubricarla- y encontrar una postura en que la penetración no sea profunda. A medida que tu pareja se vaya habituando y admita la penetración relajada y sin dolor, se puede introducir el pene más al fondo, poco a poco».

LA ABSTINENCIA
Los anticonceptivos ocupan una de las tres guías. Ampliamente explicados uno a uno e ilustrados. El principio del capítulo comenzaba con una tajante afirmación. «La sexualidad responsable implica hacer sexo seguro para garantizar que nuestras relaciones sean satisfactorias y no nos den dolores de cabeza». Y continuaba de una forma similar. «Los métodos anticonceptivos existen para esto: prevenir los embarazos no deseados y algunos de ellos también evitan el contagio de las enfermedades de transmisión sexual. El único método anticonceptivo 100 por cien eficaz es la abstinencia. Si esta no es tu opción, piensa que los otros métodos que hay en el mercado son eficaces, pero no infalibles. A pesar de eso los hay que rondan el 99 por ciento».

LAS MEDIDAS
Basándose en un estudio de la Asociación Española de Andrología, las guías adelantaban las medidas estándar del pene en erección (13,5 centímetros) y en reposo (7,7 centímetros), incluso el diámetro (3,82 y 2,5 centímetros respectivamente) añadiendo que «un 80 por ciento de la población tiene longitudes entre 11 y 16 centímetros». Pero incluso se hacían preguntas como esta: «Teniendo en cuenta que la mayoría de las vaginas tienen una profundidad de entre 9 y 12 centímetros ¿Para que sirve un pene mayor?». El capítulo de dimensiones de los aparatos genitales tanto masculinos como femeninos también señalaba que «la satisfacción no dependerá de que el pene sea corto o largo, la vagina admite todo tipo de dimensiones. Piensa que pasa la cabeza de un bebé en el momento del parto y no hay ningún pene que supere este grosor».

LA PRIMERA VEZ
Cort destinó una de las guías a informar sobre los tipos de primeras experiencias sexuales. Así destacó como 'las vírgenes suicidas' a aquellos jóvenes que «sin mucho autoestima y sin estar muy preparados deciden lanzarse al precipicio para evitar sentirse excluidos»; como 'príncipes y princesas' a los que «esperan mucho tiempo a un príncipe o princesa y realmente creen que existe»; como 'los ingenuos' a los que «tienen una educación afectiva sexual pobre y sólo tiene información que han escuchado en cualquier sitio, lo que les crea ideas falsas o erróneas»; como 'lolitas/os' a los que «creen que lo saben todo y tiene los mismos dudas que el resto» y como 'miedosos' a los que «se encuentran preparados pero algo en su cuerpo los intranquiliza».

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