Sus lloros inauguraron la unidad de neonatos del hospital Son Dureta, convirtiéndose así en el primer bebé que nacía en este centro. Catalina Salvà Adrover ha llevado siempre consigo este privilegio en su corazón y ha sido ahora, 50 años después, cuando ha recibido un merecido homenaje.
Concretamente nació el 17 de noviembre de 1955 y, con motivo del cincuenta aniversario de Son Dureta, recibió el pasado viernes de manos de la doctora Juana María Román, jefa de Pediatría, la canastilla de bebé que no recibieron sus padres en su momento.
Por supuesto, Catalina no recuerda nada sobre ese importante día pero sus padres, Sebastià Salvà y Antonia Adrover, ya fallecidos, se lo contaron a medida que crecía. Dice que fue un parto normal, sin ningún problema, «lo peculiar e insólito de mi nacimiento es que fuera la primera persona que nació en Son Dureta», señala con el orgullo de serlo.
El trato del personal fue muy bueno, todo el equipo se contagió de la alegría y fue un momento muy tierno.
S. Coquillat