F.B.
La abnegada labor de los misioneros de las Islas, que llevan más de
medio siglo trabajando por la mejora de las condiciones de vida de
los más desfavorecidos en numerosos rincones del mundo, centró el
homenaje público rendido ayer por el Govern a religiosos y seglares
llegados de 21 países, cuando se cumple el décimo aniversario del
primer decreto que reguló la cooperación al desarrollo por parte
del Ejecutivo balear.
El encuentro con los 43 misioneros -que representaban al millar de los nacidos en las Islas que están en activo-, tuvo lugar en el salón de actos de la Escuela de Hostelería, y estuvo presidido por Jaume Matas. El presidente del Govern destacó en su intervención «la tarea de solidaridad, dignidad y esperanza» que llevan a cabo los misioneros, «precursora de las ayudas a los países menos desarrollados a las que luego se incorporaron otras entidades».
Cada uno de los religiosos y seglares que componían la representación misional balear recibieron un diploma como reconocimiento de su labor en pro de los más necesitados, que en la mayoría de los casos ocupa ya más de cuatro décadas de su vida.