Los seres humanos compartimos unas necesidades básicas que nos igualan a través de unos mismos objetos cotidianos que no obstante, pueden llegar a ser muy distintos según las diversas culturas.
Es el tema que plantea la exposición «Igual-Mente-Diferentes», que presenta el centro social Flassaders hasta el próximo día 3 de diciembre. Palabras que definen las necesidades que todos tenemos en común en una reflexión sobre los objetos que creamos para resolverlas a través de distintos materiales y formas utilizadas en su diseño.
Hasta 800 elementos seleccionados por el autor de la muestra, Uli Marchsteiner, como resultado de una expedición por 28 ciudades y pueblos de los cinco continentes, se reúnen en una variopinta muestra que refleja las facetas de la diversidad funcional en las distintas culturas, condicionadas por factores como el clima, la tradición, la religión o la disponibilidad de elementos naturales o sintéticos.
Alimentarse, reproducirse, comunicarse o lavarse representan actividades comunes, pero cuya función varía de forma radical entre los distintos continentes. Del objeto más rudimentario o artesanal al más sofisticado o industrial, concurren para un mismo propósito final. Toda una diversidad llena de contrastes aunque amenazada por el fenómeno de la globalización.
Productos tan diversos como afrodisíacos; artículos para la alimentación y su condimentación o envasado; para la limpieza personal o del hogar; para el recreo, como coches de juguete o muñecas e incluso elementos del mobiliario como taburetes; o de la cocina como los cubiertos; los juegos de mesa o de cartas; la protección contra animales invasores o para la comunicación social, tienen cabida en esta muestra itinerante.
Gabriel Alomar