Los días 1 y 2 de noviembre están dedicados a rememorar a Todos los Santos y a los seres queridos fallecidos. La amargura de la tristeza por su pérdida se puede mitigar con la dulcería propia tan típica de estas fechas, que aquí, en Mallorca, podemos disfrutar a través de los rosarios y los panellets.
Cuentan las crónicas que durante la persecución del emperador romano Diocleciano hubo tantas muertes que no se podían conmemorar todas una por una y santo por santo. Así surgió la necesidad de organizar una fiesta común que pudiera recordar a todos, y ello ocurrió a partir del siglo IV. La fiesta, inicialmente, se hacía el mes de mayo, hasta que el papa Gregorio III la cambió al 1 de noviembre.
No podíamos pasar esta ocasión sin el comentario del escritor Miquel Ferrà i Martorell, quien señaló a Ultima Hora que «la tradición de los rosarios no es judía, ya que únicamente tienen rosarios los cristianos y los mahometanos con cuentas seguidas para sus rezos. Podría arrancar en el siglo XVII, y situarla en la institución de este rezo por Santo Domingo, que derivaría en plegaria, entre otras, por los difuntos».
En cuanto a los panellets, Ferrà i Martorell comentó que «es el dulce para hacer las cuentas de los mismos. Siempre con los ingredientes con que se contaba, como son la almendra, el azúcar y la calabaza (para las patenas). A estas últimas se las solía decorar con un motivo religioso, como es el caso de una estampa, pero eso se introdujo hacia el siglo XIX».
En Palma ya están a la venta en pastelerías y reconocidas confiterías estos tradicionales dulces. Para ello visitamos el obrador de Cas Net, del maestro Bartolomé Amorós, quien cuida con esmero y mucho detalle la confección de los rosarios artesanos. En esta casa se elaboran de yemitas de pequeño con glorias de bombones rematados con artística patenita de pasta real que incluye dibujo cristiano de glasa.
Para los más pequeños también los elabora de pequeñas cuentas de pasta real, realzándolos con esencia de frutas.
Luego están los elaborados con panellets y bombones, y los riquísimos de yemas de generoso tamaño, bombones y frutillas. Todas las artísticas patenas del maestro Amorós están realizadas en pasta real, que adecua su tamaño a la longitud del rosario.
«En estas fechas -señaló el maestro confitero- tenemos muchos encargos, sobre todo de antiguas familias mallorquinas. Mayoritariamente son los padrinos y abuelos quienes los eligen, como es costumbre, para sus ahijados y nietos».
En el obrador de Cas Net se trabajaba ayer con diligencia los panellets, una auténtica delicia de la festividad de Todos los Santos. Amorós los elabora únicamente con almendra mallorquina y azúcar, sin colorantes ni conservantes. A esta masa les añade esencias de frutas para obtener los de fresa, limón y naranja. Los hace también rellenos de castaña, avellana, yema, piña y coco.
Los precios de los rosarios difieren según tamaño y se pueden adquirir a partir de los 8 euros en adelante. Matiza Bartolomé Amorós que «las materias primas son todas de gran calidad y que los panellets no llevan boniato».
El dulce panellet admite otras recetas. Se pueden elaborar a base de medio kilo de almendra cruda molida, medio kilo de azúcar, agua, una patata pequeña hervida, piñones para el rebozo y un huevo. Lo importante es que haya la misma cantidad de almendra molida que de azúcar. De lo demás habrá poca variación. Si acaso, si hay mucha almendra, añadiremos algo más de patata.
También pueden conseguirse deliciosos panellets a partir de medio kilo de almendra cruda molida, 400 grs. de azúcar, 200 grs. de boniato (cocido con piel) y la ralladura de la piel de un limón.
Si se desea hacerlos de piñones se cogen trozos de pasta (de la que se habrá hecho una rula para cortarla en porciones regulares) y se hacen bolas de tamaño regular. Se pasan por clara de huevo batida, se cubren de piñones, se colocan en una placa y se pintan con yema de huevo.
Para hacerlos de coco, se mezcla igual cantidad de pasta que de coco rallado. Una vez mezclado se hacen bolas y se le da forma de pirámide con la punta de los dedos. Se pinta la cúspide con yema de huevo y se introducen en el horno unos diez minutos entre 2225 y 250 grados.
Otra masa de panellets se trabaja con medio kilo de almendra picada, medio kilo de azúcar lustre, 150 grs. de boniato o patata, un huevo y ralladura de un limón.
Los panellets también se pueden rellenar con membrillo o adornar su parte superior con cerezas, además de los de café, añadiendo en este caso café soluble.
Amalia Estabén
(texto y fotos)