La delegación balear a Madeira (en el Atlántico) para comprobar los resultados del proyecto de recuperación de la foca monje (vell marí) en ese archipiélago portugués (en el Atlántico) ha comprobado la viabilidad del incremento en el número de ejemplares de esta especie pese a la proximidad de la presencia y las actividades humanas.
Como se recordará, el director general de Protecció d'Espècies, Antoni Gómez; el jefe del Servei d'Espècies de la Conselleria de Medi Ambient, Joan Mayol, y los expertos Miquel Rayó y Antoni Font han visitado Madeira esta semana para evaluar la recuperación de la foca monje en esas islas, concretamente en las Ilhas Desertas, y plantear una reintroducción de la especie en Balears, donde se extinguió a finales de los años 50.
En Madeira, se ha pasado de 8 ejemplares en los años 80 a más de 25 en la actualidad en las Ilhas Desertas, aunque algún ejemplar se ha asentado en la isla mayor de Madeira sin que la presencia y las actividades humanas (pesqueras y turísticas) hayan supuesto un impedimento. El norte de Menorca, Cabrera y la costa del Llevant de Mallorca son zonas barajadas para la reintroducción en Balears, para lo cual se intentará traer ejemplares de la principal colonia de vell marí en el mundo, en la costa mauritana.