Poco a poco el circo ya no llega a la ciudad. «Cada vez, las
autoridades políticas lo van alejando más», asegura Eduardo Raluy,
propietario del Circo Williams, quien ayer fue levantando la carpa
en una nueva ubicación, a las afueras de la ciudad de Palma, al
final de la calle de Eusebio Estada y antes de llegar al polígono
de Son Castelló.
Raluy y todo su equipo fueron allanando el terreno, un solar
alejado de colegios y centros sanitarios como manda la ordenanza
que no define la distancia a la que debe estar. Gravilla, serrín y
una limpieza de rastrojos y malas hiervas se han utilizado para
adecentar la zona y habilitarla para los nuevos clientes. Es un
solar donde los vehículos tienen fácil aparcamiento. El circo
Williams comenzará su función hoy mismo. Gradas, nuevos aseos
públicos y todo lo necesario para poder disfrutar de una de las
mejores funciones bajo la carpa. Un espectáculo ambientado en el
más querido ambiente africano, del cual Raluy se siente
profundamente enamorado. El rey de la selva, el león, será el
auténtico protagonista hasta el día 20 de noviembre, donde la
familia del circo pondrá rumbo nómada a otra población. Ayer
pastaban los animales, cerca de la autopista en un tranquilo
terreno, mientras los obreros realizaban, ante un sofocante calor
otoñal, todo lo necesario para abrir hoy. Cebras, tigres, ponis y
hasta gatos irán desfilando sobre la pista central del Circo
Williams.
Durante hora y media, los espectadores, de todas las edades,
especialmente dirigido a niños y niñas, podrán disfrutar de
diversos números acrobáticos. Entre ellos la habilidad de Erica y
Alejandro en el trapecio, la fantasía aérea de Marina y la destreza
de Jimmy y sus acrobacias en el suelo. Los leones y tigres se
rendirán ante todo un profesional entre los domadores, Mikie
Barai.
La domadora francesa, «Lorans» mostrará su dominio con la fieras
más exóticas de esta gran familia del circo.
Todos los artistas del Williams confiesan entregarse al máximo para
que el público pueda disfrutar de cada show. «Simba» y «Atos» son
los leones machos que harán rugir de emoción a grandes y pequeños.
Por supuesto que no faltarán los inigualables payasos, con su humor
y su animación.
En defintiva, una tarde de circo para que disfruten todos los de la
familia.
Julián Aguirre
La carpa de la ilusión
El Circo Williams presenta su nuevo espectáculo, hasta el 20 de noviembre, dirigido a niños y niñas