La nueva consellera de Immigració, Encarnación Pastor, tomó ayer posesión del cargo en la capella del Consolat de Mar en presencia del president Jaume Matas, quien dijo que la nueva integrante de su gabinete es la persona más adecuada para ponerse al frente de las políticas de inmigración. Matas aseguró que el nombramiento de Pastor era la constatación del compromiso del Govern para hacer frente «a las nuevas realidades derivadas del fenómeno de la inmigración». Matas resaltó, como ya hiciera en el último debate de política autonómica, que la población balear ha aumentado un 25 por ciento durante los últimos cinco años y que por ello había que ejecutar políticas efectivas. «Hay mucho trabajo por hacer. Consellera, te deseamos mucha suerte, éxito y acierto en el desarrollo de tu nueva responsabilidad», pidió Matas.
El president del Govern dedicó buena parte de su discurso a elogiar la figura de la nueva consellera. Y le pidió que mantenga su manera «de ser y actuar» porque ello, según Matas, «es una garantía de que hará un magnífico trabajo».
Tras tomar posesión de su cargo en presencia de todos los miembros del Govern, y una vez realizada la foto de familia, Encarnación Pastor anticipó que su objetivo es dar a los inmigrantes las herramientas para integrarse. «La integración no sólo hay que exigirla», precisó la nueva titular de Inmigración. «Las competencias que tengo espero poder desarrollarlas con un montón de buenas ideas y lo mejor que pueda», reiteró Encarna Pastor, quien en los próximos días tendrá que nombrar a un director general de Inmigración. Asimismo, Pastor confirmó que Magdalena Contestí seguirá como directora general de Cooperació. La consellera desmintió que su objetivo vaya a ser trabajar por el retorno de los inmigrantes a sus países, pero sí se mostró a favor del desarrollo de los estados pobres para que sus habirantes «no tengan que asumir el trauma doloroso de abandonar su tierra». Encarnación Pastor representa el perfil del emigrante que abandonó su tierra, Extremadura, para trabajar fuera. La nueva consellera d'Immigració fue doncella en Madrid y después se trasladó a Mallorca, donde trabajó en una como asistenta en Felanitx y después se asoció con un empresario y encargó de dirigir un restaurante en Porto Colom. Por ello, Encarnación dijo que su filosofía de actuación va a ser «escuchar a las personas como tales para tratar de solucionar sus problema para que nadie se encuentre perdido».