La pintura urbana está a la orden del día. Hay pocas calles de Palma, sean éstas céntricas o no, cuyos comercios se salven de esta molesta actividad, y que en contadas ocasiones tienen también su peculiar arte. La rutina o las preocupaciones muchas veces hacen que el ciudadano no caiga en la cuenta de que están ahí. Pero lo cierto es que realmente se dan cuenta quienes pasean sus mascotas o acuden a sus trabajos muy de mañana o ya cerrados los comercios por la noche, por estar las verjas metálicas cerradas, pudiendo observar las «hazañas» de los pintores de calle.
En abundancia se las puede ver en la casi totalidad de comercios situados en el pasaje Antoni Torrandell (Patines-Olmos), donde los resignados comerciantes las mantienen desde hace tiempo ya que si las borran, vuelven a surgir y por tanto ya tiraron la toalla. Otra y muy auténtica «galería de arte», son las pinturas que se ven en las verjas de los comercios del Pas d'en Quint, a cual más original y a mansalva en la calle Pere Dezcallar i Net.
En Santa Catalina existe una «pintada permanente» que se puede ver todo el día, y realizando un largo recorrido las encontramos también en las céntricas Sant Miquel, Jaume III, Vía Alemanya, y Sindicato. Los anónimos autores últimamente no andan muy inspirados ya que se limitan a zigzaguear con un espray de un sólo color, y no suelen incluir mensaje. Si los hay, son muy breves y faltos de denuncia y se les puede ver en las barriadas periféricas.
Amalia Estabén