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Editorial

Serenidad, reflexión y diálogo

El proyecto de nuevo Estatut de Catalunya sigue centrando la actualidad política. El líder de la oposición, Mariano Rajoy, aseguraba que cuenta con un plan B en el caso de que la tramitación sea la ordinaria y no la de una reforma constitucional. Por su parte, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, afirmaba que el Estatut quedará «limpio como una patena» y decía contar con ocho fórmulas diferentes para modificar la palabra nación en la redacción definitiva de la nueva norma.

La presión en el seno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en contra de lo aprobado por el Parlament catalán es enorme y esto se está dejando notar en las declaraciones y contradeclaraciones de diferentes líderes autonómicos y barones socialistas. Pero la indefinición del presidente del Gobierno está favoreciendo toda clase de cábalas y es lógico que exista entre los ciudadanos una incertidumbre creciente.

Por todo ello sería conveniente que Rajoy especificara claramente a qué plan B se refiere y que Rodríguez Zapatero hablara con claridad y nos dijera qué ha querido decir con lo de la limpieza del Estatut y sus ocho variantes para sustituir el término nación, por cuanto lo afirmado por ambos líderes hasta ahora no ha hecho más que sembrar el desconcierto.

Desde Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) ya han anunciado que van a rechazar cualquier fórmula sustitutiva del concepto nación, que consideran irrenunciable.

Dadas estas especiales circunstancias sería bueno saber hacia dónde nos dirigimos y Rodríguez Zapatero es quién debe conducir a buen puerto un Estado en el que se asuma como algo natural que las autonomías alcancen mayores cotas de autogobierno. Eso sí, respetando la solidaridad interterritorial. En este caso, como en aquellos que afectan a la configuración del Estado, debería contarse con un amplio consenso entre fuerzas políticas no siempre próximas ideológicamente, pero para ello es preciso reconducir una situación no deseable en la que harían falta mayores dosis de serenidad, reflexión y diálogo para abordar una solución válida para todos.

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