El Villamil, un hotel con todo el encanto de antaño, celebró el pasado martes su 50 aniversario en una brillante velada a la luz de sus elegantes terrazas frente al mar. Una cita para el recuerdo con numerosos invitados que revivieron el ambiente nocturno de un edificio histórico destinado a erigirse como referente de un turismo selecto.
Un clásico modelo Seat 1.400 de la época aparcado en la puerta dio la bienvenida a los asistentes a la fiesta destinada a recuperar la memoria social de medio siglo de prestigio y celebridad frente a la playa de Peguera. El acto culminó con un castillo de fuegos artificiales tras la entrega de una placa conmemorativa por parte del director de Promoción Turística, Eduardo Gamero al director del hotel, Juan Vicens, en presencia del director general de la cadena Hesperia, Ramón Aragonés, y del presidente de la Asociación Hotelera de Peguera y Cala Fornells, Antonio Nicolau.
El hotel Villamil abrió sus puertas el 14 de mayo de 1955 cuando el antiguo edificio del siglo XIX que se levantaba solitario en un paraje aún idílico se transformó a cargo de la familia Villamil. La inversión, de origen norteamericano, había hecho posible la conversión en un establecimiento exclusivo hasta el punto de seleccionar sus clientes. Donde la sociedad internacional celebraba sus primeras noches de gala en sus amplias terrazas bajo los pinos y a los acordes del twist o el rock and roll. Ritmos nostálgicos que se pudieron bailar de nuevo a la luz de antorchas dispuestas en sus jardines.
Gabriel Alomar