«Los hoteleros nos aconsejan desde hace dos años a que introduzcamos la modalidad del todo incluido en nuestros establecimientos. Es una recomendación que se convierte en obligación en algunos casos para no perder clientes en los meses de mayo o junio o poder renovar los contratos para el verano 2006. Poco o nada podemos hacer ante estos requerimientos», indican hoteleros de Porto Cristo, Alcúdia, Cala Millor, Platja de Palma y Calviá ante la polémica que se ha generado en estas últimas temporadas turísticas sobre esta modalidad de alojamiento. Los empresarios reconocen que hay un «todo incluido» mediatizado por la categoría del establecimiento y que entienden las quejas que se plantean al respecto. «Hay baremos de calidad que dependen de la categoría del hotel, por lo que no entendemos las quejas de turistas que pagando 35 euros por día, exijan whisky de marca. Está claro que la calidad va con el precio y que determinada oferta de todo incluido está desprestigiando al sector hotelero de Mallorca».
Asimismo, asociados de la Federación Hotelera de Mallorca puntualizan que la tipología del cliente del «todo incluido», especialmente en julio y agosto, «no respeta ni cuida los servicios hoteleros, de ahí la proliferación de suciedad, que rápidamente es recogida por los empleados del hotel. Este turista es más descuidado que el tradicional, aunque también es cierto que en septiembre y octubre la clientela varía sustancialmente». Para analizar el «todo incluido», ayer se reunieron en la conselleria de Turisme los consellers de Turisme y Comerç, Joan Flaquer y Josep Juan Cardona, respectivamente, con los presidentes de las asociaciones empresariales de comercio Pimeco, Pere Ferrer, y Afedeco, Bartolomé Servera, para analizar la situación generada por el «todo incluido», dentro de la ronda de encuentros que el Govern ha mantenido con diferentes organizaciones patronales sobre este tema.
Juan Cardona abogó hoy por «desdramatizar» la situación creada en el sector de la oferta complementaria por la competencia generada por los alojamientos que dispensan servicios de «todo incluido» y expresó la necesidad de encontrar soluciones dialogadas. «Se trata de una oferta más que tiene aspectos positivos y perjudiciales», apuntó. Pimeco y Afedeco han solicitado al Govern un estudio sobre el impacto real del «todo incluido» en el sector comercial. El conseller Flaquer, asimismo, puntualizó ayer tras el encuentro con Pimeco y Afedeco que la temporada alta 2005, «va a ser razonablemente buena en cuanto a visitantes y ocupación y con mayor gasto turístico, pero hay que esperar al final de la temporada para realizar un balance definitivo». Y precisó que a parte de los hoteles, también hay que tener en cuenta el resultado en toda la oferta dirigida a los y turistas para disponer de una idea global de cómo ha sido este verano.