El conseller de Turisme, Joan Flaquer, anunció ayer que el Govern quiere asegurar el control sobre la actividad turística extrahotelera en la presente legislatura, en concreto en las viviendas vacacionales y en el denominado turismo residencial, modalidades en las que se alojan más del 40 por ciento de los visitantes que llegan a las Islas.
Como primer paso, Flaquer, acompañado por el director general de Ordenación, Josep Aloy, dió a conocer que el Ejecutivo autonómico tiene perfilado el proyecto de decreto que desarrollará la Ley de Comercialización de estancias turísticas, cuyo contenido será pactado en las próximos semanas con los consells insulares y remitido después al Consell Consultiu, con el fin de que el texto definitivo pueda ser aprobado en el Parlament en octubre.
Esta modificación del decreto regulador de viviendas vacacionales de 1998, amplia la regulación de las viviendas vacacionales en las Islas. La Conselleria de Turisme tiene registradas 900 en Mallorca y en total de las Islas alrededor de 1.200.
La otra vía de actuación de la Conselleria de Turisme se centra en conseguir regular el turismo residencial, para así ampliar en esta legislatura la regulación sobre la comercialización de las estancias turísticas.
«Hemos encargado un informe jurídico a la UIB para determinar el nivel competencial en materia de turismo residencial, así como a la Comisión de Derecho Civil de les Illes Balears para que determine si es viable o no la modificación de la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) para cubrir el vacío legal existente en cuanto a comercialización turística. Con ello, podremos iniciar con otras comunidades autónomas, caso de Cataluña, un frente común para solicitar el cambio de la LAU y resolver la problemática actual», apuntó el conseller.
Los factores que determinarán si hay o no comercialización turística en el turismo residencial vendrá determinado, según Aloy, «por la intermediación comercial, los servicios que se ofrezcan y por la rotación de clientes. Si se cumplen estos requisitos, estamos hablando de oferta turística y no residencial».
Preguntado el conseller sobre la posibilidad de variar la Ley General Turística para modificar los usos turísticos, Flaquer no descartó esta posibilidad, «porque tenemos la obligación de analizar los cambios que se están dando en el mercado».