Personal de los servicios de seguridad en el aeropuerto de Son Sant Joan ponen de manifiesto el incremento de la inseguridad en el último año, en concreto a raíz de la desaparición del grupo de seguridad interno de la Guardia Civil, circunstancia que ha provocado una pérdida de los ratios de control, tanto en el edificio terminal como en pistas y en la zona perimetral del recinto aeroportuario.
Esta zona perimetral, que está delimitada por una valla metálica, es vigilada por un coche de la Guardia Civil con dos miembros de la Benemérita en turnos de ocho horas, «lo que propicia que el perímetro esté insuficientemente vigilado», señalan las mismas fuentes, que puntualizan que esta valla (ver instantánea adjunta) no cuenta con el debido mantenimiento y que por sus especiales características «no garantiza que nadie pueda acceder por allí, además de la gran cantidad de agujeros por los que se puede colar quien quiera, así como la existencia de montículos que facilitan, por su altura y proximidad al vallado, que se pueda saltar».
La desaparición del grupo de seguridad interno de la Guardia Civil, «ha provocado una caída del control, puesto que se dedicaban exclusivamente a denunciar infracciones internas que había en el aeropuerto para subsanarlas y hacer que se cumplieran todas la normas. En los cinco años de existencia consiguió que la seguridad en el aeropuerto de Palma fuera una de la mejores del país. Fue tal su eficacia, que se tomó como ejemplo en otros aeropuertos de la red de AENA, como el de Barajas. Su desaparición provocó extrañeza», comentan estas mismas fuentes.La seguridad en el recinto aeroportuario corre a cargo de la Guardia Civil y Trablisa, mientras que en los alrededores del recinto es competencia de la Policía Nacional y Policía Local. Personal civil encargado de la seguridad critica la falta de preparación de parte del personal, así como la falta de control en la zona de llegadas, en concreto en la recogida de maletas, «puesto no se exige a los pasajeros el ticket de control que demuestre que la maleta que se lleva es la suya. Este control sí que se realiza en ocasiones en la zona internacional, pero no en los vuelos nacionales».
También se denuncia que en el acceso de los vehículos al interior de las pistas no se controla lo que llevan los vehículos y la circunstancia de que la zona de llegadas y la de salidas estén conectadas, algo que la normativa internacional especifica que no se debe hacer para evitar problemas de seguridad.
En opinión de estos colectivos de seguridad, para mejorar la vigilancia en el aeropuerto se necesitaría aumentar en 50 ó 60 el número de guardias civiles.
Comité de seguridad
AENA no quiso valorar ayer estas críticas, afirmando que hay un
comité de seguridad que es el que se encarga de esta cuestión y que
cada mes hay una auditoría de Aviación Civil.
Arcos detectores
Una de las quejas formuladas se centra en el arco detector de
metales ubicado en la puerta D de la zona de llegadas, porque no
detecta con los mismos niveles de seguridad que los arcos
detectores instalados en el resto del recinto aeroportuario
Zonas restringidas
En los controles del personal para acceder a la zona restringida no
se revisan los equipajes de mano. Y se critica el paso de las
tripulaciones con controles arbitrarios sin revisar sus
equipajes.
Infraestructuras
Hay deficiencias no subsanadas por el aeropuerto, como es el caso
de los barrotes anclados que ocupan toda la parte frontal de la
terminal, que pueden ser levantados fácilmente y poder acceder a
las pistas y al interior de los aviones sin pasar ningún
control.