La romería de Sant Bernat transcurrió ayer en un tono festivo, y reivindicativo en algún momento, pero sin incidentes, a diferencia de lo ocurrido el pasado año, cuando la cacerolada convocada por la plataforma 'Salvem La Real' contra la presencia de la alcaldesa de Palma, la popular Catalina Cirer, derivó en insultos hacia ella y hacia varios ediles, y en enfrentamientos entre varios agentes policiales y algunos asistentes a la concentración.
La representación municipal de este año estaba presidida por el teniente de alcalde de Urbanisme, Javier Rodrigo de Santos, que acudió a la romería junto con los concejales Pedro Àlvarez, José Manuel Sierra, Rafel Duran, María José Frau, Àlvaro Gijón y Sebastià Sansó. Todos ellos, acompañados por unos doscientos marxaires, partieron de la Plaça de Cort a las 20.00 horas y llegaron al Monestir de la Real, en es Secar de la Real, una hora después, donde había un fuerte dispositivo policial.
A ambos lados del camino de entrada al monasterio, decenas de personas, en completo silencio, sostenían sendas bandas negras de tela, a modo de crespones negros, y hojas con el lema «Jo?... L'autèntic romeu». Una vez que la comitiva municipal sobrepasó ambas bandas, quienes las sostenían las juntaron. En el camino hacia el monasterio había dos pancartas con el lema «Salvem La Real» y decenas de personas portaban camisetas con dicho lema.