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El nadar no tiene edad

Más de 530 personas mayores participan en los cursos de natación de s`Institut

Un grupo de veteranos alumnos posa en la piscina del Llar dels ancians donde se ofrecen estos cursos

Nunca es tarde para aprender y eso lo saben los alumnos de los cursos de natación organizados por el área de Promoció Sociocultural de S'Institut para las personas mayores. Esta actividad se lleva a cabo en las piscinas municipales de seis pueblos de la Isla (Sant Joan, Maria de la Salut, Algaida, Lloret, Sencelles y Montuïri) y en Palma. Más de 530 personas son los que participan en estos talleres y la gran mayoría de ellos no sabían nadar antes de apuntarse.


En Ciutat, estos cursos se llevan a cabo en la Llar dels ancians y a ellos asisten unas 300 personas en cuatro turnos en horario de mañana y tarde. Los participantes se agrupan en función de sus conocimientos de natación y por ello hay tres niveles: el básico, para aquellas personas que tienen poco o ningún contacto con el medio acuático; medio, para los que se mantienen dentro del agua pero que no saben nadar, y avanzado, para aquellos que se mueven dentro del agua con facilidad.


El objetivo de estos cursos, tal y como comenta Dolors Alemany, directora del área de Promoció Sociocultural, es, además de familiarizarse con el medio acuático, que disfruten haciendo ejercicio además de interrelacionarse entre ellos.
Dos monitores y un socorrista están al cargo de estos alumnos. Además, los participantes con alguna minusvalía reciben un asesoramiento personalizado.

Es el caso de Jaime Terrasa, un alumno ciego que recibe la ayuda específica de una de las monitoras.
Todos los alumnos disfrutan con la actividad. Así, Petri Galmés señala que nadar va muy bien porque «si no te enquilosas y empiezas a meter kilos». Antonia Sureda asegura que más que un deporte es una manera de tener «una obligación diaria».
La alumna Julia Jiménez tuvo un accidente hace año y medio y «estuve muy mal y la natación me ayudó muchísimo». Para Sacramento Torrejón también ha sido una buena medicina contra su artrosis, «noto mucha la mejoría».
En el primer contacto con el agua, algunos tienen más miedo que otros. Es el caso de Aurelia Giménez que lleva muchos años participando en estos cursos pero, aún así, reconoce que «ni sabía, ni sé, ni sabré nadar» pero, a pesar de ello es consciente de que la natación le favorece ya que «me hace salir de casa».
Samantha Coquillat
Foto: Jaume Morey

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