Lo consiguieron y superaron con creces. El listón estaba muy alto, 72.800 metros no son nada fáciles de superar, y la forma de conseguirlo no es sencilla, no parar de nadar en 24 horas. Dicho así parece un reto imposible, pero para intentarlo contaban con un centenar de participantes, el carril número uno de la piscina municipal y las ganas de superarse. Organizada por el Club Aigua Artà, la carrera contra el reloj comenzó a las 8 de la mañana del viernes con el pistoletazo de salida de la cuarta edición de las 24 horas de natación y concluyó el sábado a la misma hora y con el récord más que superado ya que se llegó a los 83.000 metros.
El procedimiento era sencillo. Cualquier persona que supiera nadar
podía participar en el evento. Desde el primer día se planificó un
horario con la intención de tener las 24 horas cubiertas y la lista
definitiva comprendía gente de todas las edades, desde los 7 años
de Elena Barba, la más pequeña, hasta alguna participante de más de
60. Mientras los mayores nadaban, los más pequeños se entretenían
jugando en los carriles más cercanos, pero cuando les tocó nadar
sacaron ese punto más competitivo y ¡al agua patos!.
Aunque la mayoría eran nadadores locales que ya conocían la
piscina y les gustaba nadar, contaban con alguna colaboración
especial de dos campeones de natación como Javier Muñoz y Xisca
Tous.
Relevos
Bajo la atenta mirada de los responsables que se encargaban de ir
contando los metros, los nadadores se iban relevando, después de
acordar de forma amistosa los metros que iba a hacer cada uno.
Además, contaban en todo momento con algún suplente para que no
pasara ni un minuto sin alguien en la piscina. Durante la noche, el
testigo se pasó a los más jóvenes, que salieron de fiesta hasta
altas horas y culminaron la noche con unos cuantos relevos en la
piscina.
Es durante esas horas cuando hay más ambiente en el recinto
deportivo, y cuentan con más jóvenes voluntarios y con ganas de
darse un chapuzón para contribuir a ese récord