La XXIV Copa del Rey brilló ayer de nuevo en todo su esplendor, tanto por la larga jornada de competición como por la presencia de algunos de los miembros de la Familia Real. Si el día anterior fueron los príncipes de Asturias el principal objetivo de las cámaras, ayer la Reina, la infanta Cristina y la princesa Irene fueron las protagonistas. Las tres se embarcaron en la «Somni» para contemplar de cerca un tramo de la regata. De sobra es conocida la afición de la infanta por la vela, así que doña Cristina no se perdió ni un detalle de la prueba. Incluso, intercambió algún que otro comentario con doña Sofia. Ambas vestían un polo beige con el logotipo de la Copa del Rey conjuntado con un pantalón blanco en el caso de la Reina y unas bermudas beige en el de la infanta. Además, doña Sofía le dio un toque de color a este modelo náutico con una cinta verde en el cabello que le ayudó a mantener el pelo en su lugar dado el viento que hacía en la bahía de Palma.
Por la mañana, antes de que comenzara la competición, también se pudo ver por mar al Príncipe pilotando una gomonne. Se acercó unos breves instantes al pantalán donde estaba amarrado el «CAM», la antigua embarcación con la que él participaba en las regatas. El revuelo se apoderó de los curiosos que estaban dándose una vuelta por las instalaciones del Club Náutico de Palma. Muchos de ellos se preguntaban, desde tierra, quién era la persona a la que fotografiaban los periodistas. Esta pregunta era contestada por otros que daban sus particulares hipótesis, asegurando que era Iñaki Urdangarín o el propio Rey. A medida que se acercó la lancha, el público expectante pudo comprobar que se trataba de don Felipe.
El Príncipe no llegó a bajar de la embarcación. Tal y como vino, se fue. Posiblemente, sólo acudió a saludar a sus ex compañeros. Por la tarde, los Príncipes abandonaron la Isla con buen sabor de boca tras degustar el día anterior una ensaimada. Don Felipe y doña Letizia se marcharon rumbo a Asturias.