Un grupo de siete jóvenes desembarcaron la mañana del lunes en Cala
Moltó tras haber pasado la noche en un velero atracado en Cala
Ratjada. Son participantes en el proyecto La Mar de Joves, una
iniciativa para la que se han puesto de acuerdo dos entidades,
Ateneu Alcari y Fundació Joves Navegants, y ha sido subvencionado
por s'Institut de Serveis Socials i Esportius de Mallorca. El
programa tiene lugar a bordo de un velero, eGalaxie, donde los
niños conviven durante tres días, en grupos de siete, y realizan
tareas de navegación y de limpieza del fondo marítimo y de playas.
El resto de la tripulación del barco la forman el capitán, un
marinero, dos educadores y un cocinero, que ha estado formado en la
escuela ISLA.
Abel y Rocío, educadores responsables del Grupo de Porto Cristo,
juntaron a los chicos en la playa. Equipados con dos bolsas de
plástico y guantes empezaron a recoger la suciedad la cala:
cristales, colillas... Toni, Mohamed, Cristian, Hamdoun, Iván,
César y Xavi no tardaron en encontrar objetos que no pertenecían al
mar. Estaban animados a pesar de que el día anterior, primera
jornada de la excursión, muchos de ellos se habían mareado. Por
suerte, bajaron por la noche a la playa a realizar una velada de
astronomía, y se les pasó. La educadora les repetía, a aquellos que
se dispersaban y recogían los desperdicios por su cuenta, que «el
trabajo en grupo se hace mucho mejor, a uno solo le cuesta mucho
más».
A la una y cuarto una lancha les vino a recoger y les llevó al
velero. Allí, el cocinero, Gabriel, ayudado por dos de los
chavales, preparó la comida. Hacer de pinche es una de las tareas
de mantenimiento del barco que deben realizar los jóvenes durante
los tres días. En dos grupos, que han llamado Villarriba y
Villaabajo, se reparten la limpieza de la cubierta del velero y la
del interior de los camarotes y los baños. «Aprender normas de
convivencia, a respetar al otro y ser conscientes de que no existen
sólo ellos es fundamental», comentaba Abel, el educador. Después de
recoger los platos vino el tiempo libre. Pescar y bañarse fueron
las actividades estrella. Mohamed competía con Toni para ver quién
conseguía más peces.
A media tarde se dedicaron dos horas a la navegación. Jordi Muñoz,
capitán deGalaxie junto a Raimon Martínez, dirigió a los chicos
popa. Con la ayuda del marinero izaron las velas, tensaron los
cabos y hasta se encargaron del timón. Un trabajo duro físicamente
pero con el que parecían disfrutar todos. César, que nunca había
estado en un velero de estas características, no parecía encontrar
ninguna pega a la salida de tres días: «me gusta todo, todo, y si
el año que viene lo vuelven a hacer yo, vengo seguro».
El grupo de jóvenes que participa en esta actividad ya se conocía
antes de embarcar. Todos ellos participan en Escola Viva, un
programa de prevención y ayuda dirigido a niños que aplica Ateneu
Alcari en siete poblaciones de la costa de Mallorca. La experiencia
ha permitido, además, vivir en un entorno multicultural, ya que los
chicos tienen distintas procedencias, y superar, según los
educadores, los prejuicios que a menudo tienen los adultos.
No está claro si el próximo año alguno de los 57 participantes
podrán repetir esta pequeña aventura, que tiene lugar durante los
meses de julio y agosto, pero lo que sí es seguro es que habrá una
segunda edición en vista de la buena aceptación que ha tenido el
proyecto y de la valoración tan positiva que han hecho los
organizadores de la experiencia.
Deidré Dalmau
Fotos: Marga Moner
Aprender navegando
Siete jóvenes participan en un proyecto educativo a bordo de un velero durante tres días. Aprenden a navegar y realizan tareas de limpieza de la costa y de playas pero, sobre todo, aprenden a convivir en grupo