Este año la procesión de la reliquia de Santa Catalina Thomàs, que se celebró ayer en Valldemossa, tuvo un carácter especial, ya que se cumple el 75 aniversario de la canonización de la santa, que tuvo lugar el 22 de junio de 1930. La localidad se engalanó para la ocasión y en las calles por donde transcurre la procesión se podían ver imágenes de la Beateta.
También sus habitantes quisieron ponerse sus mejores vestidos para honrar a su santa más querida. Muchos iban vestidos de payeses y los más pequeños portaban cestas con caramelos. Todo el mundo, lugareños y algunos turistas, esperaban impacientes la salida de la reliquia.
Finalmente, después de la misa de las ocho que se ofició en la iglesia de Sant Bartomeu, las campanas anunciaron el inicio de la procesión. Seis niñas precedieron al séquito que transportaba la reliquia de Santa Catalina. Tras éste, doce niños, menores de seis años, desfilaron vestidos de angelets. De fondo, la popular canción Sor Tomaseta tocada por la banda y que los asistentes no tardaron en cantar. La vicepresidenta del Govern balear, Rosa Estaràs, hija de la localidad, no quiso perderse la tradicional procesión y asistió con su hijo, su hermana y sus sobrinos.
Decenas de valldemossins se unieron a la procesión, que recorrió las principales calles de la localidad, yendo casa por casa, y terminó con una ofrenda floral a Santa Catalina en la iglesia de Sant Bartomeu.
Deidré Dalmau
Fotos: M.A. Cañellas