Atota vela» es el programa de actividades naúticas que organiza s'Institut desde 1998, en concreto la sección de Esport Base Escolar, y que se lleva a cabo en diferentes clubs náuticos de la Isla. La edición de este año está gestionada por el Comitè d'Activitats de Temps Lliure i Promoció Esportiva de Mallorca y cuenta con el patrocinio de s'Institut y la colaboración de la Federació Balear de Vela. El único requisito para participar en estos cursos es saber nadar. Así, niños de entre 6 y 16 años, divididos en diferentes grupos, aprenden todo lo relacionado con el mundo de la vela a partir de la modalidad que más se adapte a cada chaval, desde Optimist, pasando por Cadet, Galió, Làser, Pico, 420, l'Equip, vela ligera, Gamba, Raquero y JJ17. La duración de los cursos varía en función de la disciplina y oscila entre una o dos semanas. Si se cumplen las previsiones participarán en este programa un total de 1.860 niños repartidos en diez club naúticos.
El club náutico s'Arenal es uno de ellos. Presenta un total de 300 plazas repartidas en dos turnos, por la mañana y por la tarde. Toni Palerm, director del Àrea de Deportes de s'Institut, señaló que el objetivo de este programa es que los niños disfruten con la vela pero que también aprendan. Es la unión perfecta entre diversión y educación. Además, los padres pueden estar tranquilos porque los chavales están controlados por monitores y socorristas. S'Institut patrocina estas actividades con el descuento de 25 euros por participante. La ayuda para los cursos de una semana o de una duración inferior a 20 horas es de 12,5 euros por participante.
Los niños se lo pasan de fábula. Para Marta, de ocho años, es su segundo año y asegura que le gusta mucho, «lo más divertido es cuando navego sola». Antón, también de ocho años, es ya un experto porque se conoce todo el argot de esta actividad náutica; así señala que lo que le entusiasma es «trasluchar y birar». A Tomás le encantaría tener una embarcación propia, además dice que las chicas llevan el velero mejor pero no saben montarlo. Para Juan, lo más aburrido es el montaje pero sabe que es necesario aprenderlo.
Samantha Coquillat