«Emplear el término amenazas sería una exageración, pero estamos preparados para intentar minimizar los efectos de un atentado islamista, aunque sabemos lo difícil que es», declaró el delegado de Gobierno en Baleares, Ramón Socías, en una rueda de prensa que ofreció junto a sus homólogos de Catalunya, Joan Rangel, y Valencia, Antonio Bernabé, tras celebrar una cumbre sobre seguridad en los puertos de esas tres comunidades. En la reunión, a la que asistieron los máximos responsables del Cuerpo Nacional de Policía, de la Guardia Civil, de las Autoridades Portuarias de Balears, Barcelona y Valencia, y un representante de la Secretaría de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior, se acordó crear un comité de seguimiento y coordinación de la actividad generada en los puertos que forman un triángulo en el Mediterráneo.
El objeto del encuentro era el de contrastar e intercambiar experiencias en materia de seguridad tras la entrada en vigor, el pasado 1 de julio, del reglamento de Protección de Buques e Instalaciones Portuarias que afecta a todos los puertos de la Unión Europea. «Uno de los principales obstáculos que nos hemos encontrado -dijo Socías- es la de adecuar las propias infraestructuras portuarias a las nuevas medidas de seguridad». «Se trata de instalaciones situadas, prácticamente, dentro de la ciudad, como ocurre en Eivissa y Maò, y tenemos dificultades para separar los espacios públicos de los privados, o de aquellos, que merecen una atención especial por parte de las fuerzas de seguridad».Rangel y Bernabé, por su parte, destacaron que los controles se centran en los pasajeros, mercancías y vehículos, teniendo en cuenta las especiales características del tráfico que se genera en Balears, Catalunya y Valencia. Rangel destacó el «flujo importante de tránsito» que hay entre las tres comunidades, y aseguró que se han intensificando los avances en materia de protección de buques y de instalaciones. Estos avances, subrayó, se pondrán en común y se coordinarán todo el año gracias al comité constituido ayer, que se reunirá de manera periódica. Esta experiencia «pionera», según remarcó Bernabé, pretende garantizar a todos los ciudadanos «que puedan viajar tranquilamente» por vía marítima, a pesar de la amenaza terrorista.