El rey Juan Carlos fue el auténtico protagonista en la jornada de ayer, de la regata Breitling, que se celebra en aguas de Calvià. Desde primera hora y como un regatista más, Su Majestad preparó todo lo necesario para salir al campo de regatas en su embarcación «Bribón». Eso sí, antes de hacerse a la mar se puso crema protectora contra los rayos del sol. Una jornada en alta mar que presumia ser de lo más cálida y tranquila, con la destacada ausencia, en el pantalán, del principe Felipe, quien llegó a Mallorca al mediodía de ayer y horas más tarde, sobre las 15 horas, se embarcó en la zodiac hasta llegar a la embarcación donde competirá en las próximas ediciones. Aunque para el día de hoy, presumiblemente, ningún miembro de la Familia Real estará en la Isla debido a que asisten a los funerales de los fallecidos con motivo del trágico incendio de Guadalajara.
El ambiente en Puerto Portals era un incesante ir y venir de personas, turistas, curiosos y vecinos en busca, especialmente de los Príncipes de Asturias. Una vez en el campo de regatas, los fotógrafos y cámaras de televisión enfocaron sus objetivos hacia el Rey, quien al mando de la caña surcaba las aguas conversando con los otros miembros de la tripulación. Cuando la regata salía de la imaginaria línea, desde Portopí, el yate real «Fortuna» ponía rumbo hacia aguas de Calvià.
Durante este fin de semana seguirá la socio deportiva regata Breitling, donde las gorras de la firma sigue siendo la prenda más solicitada por los visitantes. Una emblemática gorra que en forma de trofeo se llevará la tripulación de la embarcación ganadora de esta edición, la número 11. Entre las anecdotas del día destaca la facilidad con que se agotaron las camisetas y gorras de regalos para los medios de comunicación, malas previsiones o quizás fueron a parar a manos de otras personas, pero lo cierto que hasta entre los medios de comunicación hay clases, pues la organización tiene un listado de prensa vip, a quien no le falta obsequios y souvenirs.
Julián Aguirre