L.MOYA
Para Ramon Canet, el arte nace tanto del instinto como del trabajo,
de la constancia. El abanico que ha realizado para la promoción
Estiu d'Art surgió tras combinar pensamiento y acción, y tras
plasmar una idea en rojo y negro. Su propuesta cierra la
iniciativa, una iniciativa que ha contado con el apoyo del Consell
de Mallorca y que, durante nueve semanas, ha buscado acercar el
arte a los hogares mallorquines. La obra de Ramon Canet podrá
adquirirse mañana y el domingo con Ultima Hora.
«Pintar un abanico significa transformar un elemento de la vida cotidiana en arte», explicó el artista. En el fondo, se trata de «algo íntimo», una «aplicación más lúdica de la pintura». Cuando le propusieron participar en la propuesta, Canet cogió el abanico, lo miró, dejó que pasará el tiempo y plasmó la idea concebida durante ese espacio de tiempo en un día. «Es lo que hago normalmente». Sólo varió un elemento: «Tuve que adaptarme a la forma, con una profundidad diferente a la clásica tela sobre la que trabajo a diario, y tener en cuenta que un abanico tiene una función muy concreta».
Hasta el momento, Canet había realizado abanicos originales, de artista, piezas únicas. Sin embargo, es la primera vez que participa en una promoción seriada. «El abanico siempre me ha gustado como objeto porque es un formato muy sensible». Y muy presente en su vida. «Tengo recuerdos de mi infancia en los que aparece una mujer abanicándose, ya sea mi madre u otro familiar». Hoy, sin embargo, «parece se ha perdido el hábito de abanicarse».