El primer debate sobre el estado de la ciudad que celebra el Consistorio de Palma concitó la presencia de «observadores» de los cuatro partidos que se sientan en los bancos municipales. Seguramente para medir sus fuerzas de cara a la convocatoria de 2007. La vicepresidenta Estarás y la consellera de Salut, Aina Castillo, asistieron a la sesión de la mañana, la dedicada a la intervención de Catalina Cirer. Más que un discurso fue una enumeración de datos que incluyó todo, desde el número se semáforos que tiene Palma a los kilómetros de contenedores de basura pneumática.
Celestí Alomar, del PSIB, acudió al pleno por la tarde, cuando se inició la intervención de Roig. Compartió banco con Francina Armengol (la secretaría general del PSOE en Mallorca) y con José María Rodríguez, secretario general del PP, conseller y ex concejal. El edil del PP, Rafael Durán, saludo expresamente a Rodríguez al iniciar su intervención, lo que provocó más de un comentario. El portavoz del PSM, Pere Muñoz (actor revelación, según varios presentes) también tuvo seguidores de su partido: la diputada Mascaró; la consellera insular de Mallorca Catalina Cañellas o la ex presidenta de la gestora, Nanda Ramon. Miquel Rosselló (EU), ex coordinador de EU, llegó entrada la tarde, cuando Grosske ya había pronunciado su primera intervención.
La sesión en sí fue poco vibrante por los dos lados (alcaldesa y oposición) y tampoco el público se enstusiamó demasiado. Mayoría de suporters del PP en la sesión de mañana. Por la tarde, representantes de dos de las pltaformas críticas con Cirer, la de Salvem La Real y la que rechaza el proyecto de Parc de ses Vies. Jalearon algunas intervenciones pero con mucha discrección. Sólo una vez llamó al orden Francisca Bennassar (que ayer dirigía el debate) y nadie se desmandó lo más mínimo. Entre los presentes, Angels Fermoselle, antigua líder verde y ahora activista contra los proyectos de parque, según la propuesta municipal. Es la primera vez que Cort celebra un debate de este tipo. Catalina Cirer actuó en un par de ocasiones como Catalina Cirer. Cuando la alcaldesa Cirer dice lo que de verdad piensa resulta de lo más creible.