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La oposición acusa a Cirer de ocultar entre tanta cifra su falta de proyecto

El 'popular' Rafael Duran descalifica a Roig, Grosske y Muñoz refiriéndose a ellos como «los tres tenores»

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Los tres portavoces de la oposición (Antoni Roig, del PSIB; Eberhard Grosske, de EU-EV y Pere Muñoz, del PSM) reprocharon a la alcaldesa Cirer su falta de proyecto político para Palma y de acudir al debate de la ciudad con un discurso plagado de datos que más parecía una memoria de secretaría. La alcaldesa replicó a los tres portavoces en bloque pero fue el portavoz 'popular', Rafael Durán, quien rebatió sus argumentaciones y aprovechó para descalificarlos, celebrando «la suerte» que tiene Palma de que estén en la oposición. Durán se refirió a los líderes opositores como «los tres tenores». Abrió el fuego el socialista Antoni Roig, que acusó a la alcaldía de «gobernar Palma sin alma» y de haber pronunciado «el discurso más aburrido de la democracia». Afirmó que Palma está «más crispada que nunca» y reivindicó «la política en mayúsculas».

Eberhard Grosske, de EU-Els Verds, aprovechó su intervención para lanzar una propuesta política que va más allá del día a día municipal. Dijo, pensando en las próximas elecciones, que «los tres partidos [de oposición] podemos construir una alternativa creible al gobierno» municipal. El portavoz de EU, en su primera intervención, quiso pasar revista a diversas cuestiones lo que (como le ocurrió al resto de portavoces) le impidió centrarse en un gran asunto que marcara el debate. Le pidió que respetase el movimiento vecinal y que se mostara dialogante. Al igual que Roig y Muñoz, Grosske aludió a la compra del solar de Son Espases para ubicar el nuevo hospital y al presunto pelotazo de esa compra.

La intervención de Pere Muñoz fue directo al corazón de Cirer. Más ordenada que la de Roig y menos populista que la del líder de EU-EV, Muñoz optó por poner a la alcaldesa ante el espejo de sus aparentes contradicciones y su particular situación en el grupo Popular. Según Muñoz, las críticas llegan del propio PP. Criticó su excesiva dependencia de los proyectos de Matas. Cirer defendió en todo momento que estaba en su puesto para «trabajar por Palma» e insistió en que el gobierno es obra de todo su equipo y que se siente apoyada por su el partido. Cirer dijo que estaba dispuesta a aceptar propuestas de la oposición.

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