La moda balear quiere ser un referente de calidad en Nueva York.
Piezas de 100 empresas de las Illes Balears desfilaron, el pasado
jueves, en la I pasarela Cinco Estrellas Moda 5 Star New York, ante
un numeroso público compuesto, principalmente, por prensa
especializada en moda y profesionales del sector.
La moda de las Illes se presentó llena de glamour en el Altmann
Building mostrando unos diseños con creaciones exclusivas de los
diseñadores de las Illes Balears Xisco Caimari, Teresa Andreu,
Anabel Ribas y Cati Ferragut, José Miró, Magines, Sebastià Pons,
Tania del Viejo y Tolo Crespí. La confección en piel, el calzado y
la bisuteria formaron también parte de la pasarela de Nueva York
que tiene como objetivo dar a a conocer la calidad del trabajo que
se realiza, desde hace años, en las Illes Balears.
Los colores vivos y llenos de alegría, así como la ligereza de los
tejidos, la mayoría de ellos, linos y sedas, fueron la tendencia de
la moda balear para esta pasarela 2005, que fue coordinada por el
diseñador, Tolo Crespí, que junto con Tania del Viejo y Sebastià
Pons se encontraban en New York.
Sebastià Pons, que ya había presentado, en otras ocasiones, sus
diseños en la ciudad de los rascacielos, presentó dos modelos de
invierno y uno de verano, según explicó, inspirados, como hace
siempre, en la actualidad que marcan los acontecimientos sociales y
los personajes públicos. Por su parte, Tania del Viejo, dijo que su
inspiración procede de mujeres como ella que viven, que trabajan,
en definitiva, en una mujer urbana. Tania, que también ya había
presentado anteriormente en Nueva York, dice que no sigue
tendencias, que más bien lo que persigue es marcarlas. La
diseñadora presentó dos modelos que definió como dos chips
urbanos.
La moda balear se presentó adaptable a cualquier ocasión,
acompañada de toda una gama de complementos que ofrecen la
posibilidad de vestir a la mujer de la cabeza a los pies.
La calidad de la pasarela, con 50 pases, lucidos por un total de 14
modelos, ofreció igualmente la imagen que se pretende de los
productos que se ofrecen al mercado americano y estuvo a la altura
de las pasarelas internacionales. Tres grandes pantallas ofrecían a
los asistentes los detalles de las prendas, calzado y bisutería que
se lucían, con la finalidad de que el espectador pudiera fijarse
hasta en el más mínimo detalle.
Balears se pone de moda en Nueva York
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