La ampliación de la incineradora permitirá aumentar la capacidad de incineración un 140 por ciento, al pasarse de dos hornos que en la actualidad queman 300.000 toneladas al año o cuatro hornos que podrán incinerar 720.000 toneladas al año. Es uno de los aspectos más destacados del avance de modificación del plan director de residuos, que el Consell de Mallorca entregó el jueves a los integrantes de la comisión de seguimiento del tratamiento de residuos no peligrosos.
El conseller insular de Cooperació i Residus, Miquel Riera, y el director insular de Residus, Guillem Riera, explicaron que el coste de construcción de estas dos líneas se calcula en 250 millones, a los que habrá que sumar otras inversiones previstas, cuyo coste económico está pendiente de calcular.
Si el Consell consigue cumplir los planes previstos, la modificación del plan de residuos estará finalizada este mismo año. Con el horizonte fijado en el 2013, el plan prevé el cierre definitivo del vertedero de Emaya en el año 2008 y su sustitución por un vertedero provisional de emergencia mientras se construyen las nuevas líneas de incineración. Los cálculos del Consell apuntan a que los dos nuevos hornos estarán en capacidad de quemar residuos en el año 2010.
El nuevo plan que ya ha redactado el Consell prevé el vertido cero, es decir, que ni una sola tonelada de basura acabe en el vertedero. En estos momentos, la incineradora es capaz de quemar 300.000 toneladas y el plan estima que, en 2013, la recogida selectiva llegará a las 275.000 toneladas. Sin embargo, por el camino quedan otras 170.000 toneladas que ni se incineran ni se reciclan, por lo que en la actualidad acaban en el vertedero de Emaya.
Una vez ampliada la incineradora, esas 170.000 se enviarán a los nuevos hornos, junto con otras 190.000 toneladas de residuos asimilables orgánicos que se espera que afloren en el sistema de recogida en cuanto se ponga en marcha el plan de tratamiento de residuos de demolición y obra. En resumen, que en 2013, la incineradora quemará 660.000 toneladas, mientras que la basura recogida de forma selectiva sumará 275.000 toneladas; en total, casi un millón de toneladas de basura al año.
Además de la previsión de ampliación de la planta incineradora, el nuevo plan incorpora interesantes novedades, como el hecho de que la basura orgánica se recogerá mediante el sistema de puerta a puerta. El plan comenzará en los municipios más pequeños, donde en cada portal se colocará un cubo de 10 litros específico para materia orgánica. No se instalarán contenedores en las calles, excepto en aquellas zonas donde se ubican los considerados «grandes productores», como son los supermercados, hipermercados o grandes tiendas de alimentación. El plan se extenderá progresivamente de los municipios más pequeños a los más grandes.