L.MOYA
Una mancha, una línea o un círculo. Las paredes, el suelo o las
señales de tráfico contienen múltiples informaciones que Pep Coll
recoge y transforma. A la hora de crear, el artista juega con lo
aparente para reconvertirlo en un cuadro. «Llevo años trabajando de
esta manera», explicó. La propuesta que el pintor ha ideado para
Estiu d'Art, la promoción que les proponen Ultima Horay el Consell
de Mallorca, sigue esta línea, creando un abanico colorista para
acompañar mejor el verano. Su abanico es el segundo de la colección
y podrá adquiririse mañana y el domingo.
«Me fijo en los signos y, luego, los pinto». El resultado siempre forma parte de «una realidad» que se complementa con «otras dos realidades»: la lectura y los viajes. «Leer me inspira e, Italia, también». Coll descubrió Italia hace poco y, desde entonces, intenta visitar el país siempre que puede. «Me ha enganchado, sobre todo Florencia, que me mantiene en una actividad constante, y Roma, que me ha envenenado».
Los signos, las lecturas y los viajes conforman su realidad pictórica. Un ejemplo claro es su abanico, «un reto». «Llevaba años intentando terminar un abanico y nunca podía. Es la primera vez que finalizo uno». Su formato semicircular le ha permitido «salir de lo cuadrado» y «archivar un nuevo espacio». «Mi propuesta salió enseguida, aunque me caracterizo por trabajar de forma lenta». Un trabajo que cree más en el día a día que en la inspiración. «Soy como un jardinero, constante. Paso muchas horas dentro de mi estudio».