Todos los puertos de Balears deberán cumplir con las medidas de seguridad establecidas por la normativa europea a partir del próximo 1 de julio, fecha a partir de la cual se controlarán todos los accesos a estas instalaciones y se efectuarán controles aleatorios a pasajeros y mercancías mediante escáner y perros adiestrados. Así lo expusó ayer el presidente de la Autoritat Portuària de Balears, Joan Verger, tras participar en la reunión en la que se constituyó el Comitè de Seguretat Portuària de Balears, en la que también participaron el delegado del Gobierno, Ramon Socias, y responsables de la Jefatura Superior de Policía y de la Guardia Civil.
Las medidas de seguridad a tomar en los puertos baleares corresponden al nivel uno, el más bajo de los tres existentes. En este sentido, Verger destacó que, en caso de que el Ministerio del Interior obligase a la Comunitat Autònoma a aplicar los niveles dos y tres, «entonces sí que habría serios problemas para cumplir con ello». Sin embargo, consideró «poco probable» llegar a tales extremos, dado que sólo se desarrollarían en caso de producirse atentados terroristas indiscriminados en todo el mundo y otras situaciones excepcionales. A pesar de que el comité aún debe acordar qué medidas son necesarias para cumplir con la nueva normativa europea, Verger destacó que, en principio, el puerto más problemático será el de Eivissa.
Por otra parte, Verger informó que las labores de vigilancia las llevará a cabo la Policia Portuària,que en estos momentos cuenta con un centenar de efectivos, conjuntamente con la Policía Nacional y la Guardia Civil. Sobre los recursos para desarrollar estas labores de vigilancia, éstos serán aportados por la Autoritat Portuària de Balears, el Ministerio del Interior y las Fuerzas de Seguridad del Estado. Asimismo, subrayó que en los aeropuertos los controles de seguridad no son tan «complicados» como en las instalaciones portuarias, «donde los pasajeros viajan con coches y otras mercancías».