Con sorpresa y emoción, pero sobre todo con un agradecimiento «de tot cor». Así acogieron los expedicionarios mallorquines los mensajes de apoyo recibidos a través de los móviles y que se encuentran colgados en la página «infomallorca.net» del Consell de Mallorca. Una campaña de comunicaciones que ya se inició con un buzón personal de la expedición «Mallorca a dalt de tot» en la misma web y que hace llegar día a día el aliento del pueblo mallorquín al campo base del Everest. «Lo que más me sorprende es que gente que no conoces de nada se preocupe por ti y te anime a seguir adelante. Eso no tiene precio», comentó Tolo Calafat. «Nunca podremos agradecer todo el apoyo que hemos ido recibiendo desde el inicio. Ver que toda Mallorca se ha volcado a animarnos, incluso en momentos tan difíciles para el grupo como cuando Jopela se vio obligado a abandonar, me hace pensar que tenemos un pueblo maravilloso», añadió Tolo Quetglas, «el largo».
Por su parte, Oli es la envidia de sus compañeros por el enorme apoyo femenino que obtiene a través de la red y los móviles. «No me lo explico», se justificó el escalador ante el resto. Bromas aparte, el expedicionario también agradeció el apoyo recibido, tanto de amigos y familiares como de desconocidos, como una niña de Can Joan de S'Aigo, que les ha invitado a tomar un helado con quarto o ensaimada al volver del Everest. «Eso es fantástico. Creo que ha sido una idea fantástica permitir que la gente pueda conectarse con el grupo de esta manera». Cuando se les pide si se sienten un fenómeno mediático y, por lo tanto, presionados, se ponen a temblar. «Es verdad que hemos venido a escalar la montaña más alta de la Tierra, que somos los primeros mallorquines en probarlo. Sin embargo, cuando ves el impacto que tiene nuestra empresa en la Isla te emocionas y al mismo tiempo te acojona un poco», aseguró Tolo Quetglas con el consentimiento del resto. A pesar de eso, cada día esperan con una ilusión loca abrir el correo electrónico y leer los mensajes en la «tienda-redacción» del Grupo Serra en el campo base del Everest (5.360 m), en el glaciar de Khumbu.
Mientras tanto, Oli y los dos Tolos iniciaron ayer tarde un periodo de tres días de descanso en Lobuche. Además, instalados en el lujoso -es un decir- «Eco lodge» de este llogaret situado a 4.930 metros sobre el nivel del mar, los escaladores se podrán someter a unas reconfortantes duchas de agua caliente.
Joan Carles Palos