Puede que el regalo más simpático de todos fuera el cachorro de ca eivissenc, pero desde luego no fue el único. Desde el mapa de Balears del Govern, a las esculturas de La Balanguera y de Pep Sirvent de Consell y Parlament, pasando por los cuadros de Miró o Maties Quetglas de Cort y Consell de Menorca, a los gemelos, anillo y pendientes del Consell de Eivissa. Pero los patucos, espardenyes y avarques para el futuro hijo de los Príncipes fueron los grandes protagonistas.
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