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Los Príncipes en Balears

Naturalidad, simplicidad y clásicos renovados

Las mujeres más relevantes de la política de Balears, en clave de estilismo

Mª SOLEDAD ORCOYEN GOÑI
Trajes de pantalón, faldas vaporosas, americanas con manga Jackie y una amplia gama de colores fueron la tónica general de la glamourosa pasarela que, con motivo del cóctel que ofrecieron los Príncipes a numerosas personalidades de la vida política y social de Balears, se organizó ayer en sa Llonja. Hay que decir, en honor a la verdad, que la inmensa mayoría de las féminas invitadas al acontecimiento denotaban cierta inseguridad con el atuendo elegido. Todas excepto nuestras queridísimas políticas, quienes -cada una a su estilo- lucieron sencillos, a la par que coquetos, conjuntos.

La primera en llegar fue Mabel Cabrer, consellera d'Obres Públiques, que lució falda vaporosa en color negro y americana beige, todo de Jesús del Pozo. Los zapatos, estilo salón con punta y medio tacón, eran de piel de serpiente teñida, mientras que el bolso era en beige y con remates negros. Muy similar acudió vestida Rosa Puig, consellera de Presidència. La diferenciaba de Mabel Cabrer el diseñador -Pedro del Hierro-, los zapatos -negros y de pulsera-, y el tono de la chaqueta, blanco. Purificación García fue la diseñadora elegida por Maria Salom. La diputada del PP en el Congreso vestía falda estampada en diferentes tonalidades de verde y marrón, top blanco y americana pistacho. Los complementos elegidos fueron sandalias rosa y bolso blanco.

Catalina Cirer, fiel a su estilo, lució un traje de pantalón en marrón carmelita que, por cierto, confesó haberlo adquirido en rebajas. Los zapatos elegidos fueron beige y con tacón carrete. Lo mejor: un fantástico bolso de Carolina Herrera a tono con el traje. La consellera de Salut, Aina Castillo, eligió para la ocasión un diseño de Roberto Verino compuesto por falda asimétrica en un llamativo estampado floral en negro y verde y una entallada americana negra. El rosa fue el color elegido por la vicepresidenta Rosa Estaràs que, sin lugar a dudas, protagonizó la anécdota de la tarde al solicitar a Mabel Cabrer que le mirase la etiqueta del traje para confirmar que vestía de la firma Oki Coki.

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