PEDRO PRIETO
Doña Letizia, de momento, se lleva a La Zarzuela buen número de
patucos y un babero. Éste se lo entregó ayer, en sa Pobla, una niña
llamada Ana María. En realidad lo había hecho su madre, María
Teresa, a lo largo de la noche anterior. Cuando doña Letizia lo
recibió, le preguntó:
-¿Para quién es?
-Para el bebé -respondió la cría.
Pero si ayer fueron muchos los patucos que recibieron los Príncipes, los primeros llegaron el lunes. Unos patucos, con un vestido y una rebequita, se los regaló la alcaldesa de Palma, Catalina Cirer, el lunes durante la visita a Cort.
Estas prendas las adquirió en Apolonia, una tienda especializada en ropa de niño ubicada en el Pas d'en Quint, establecimiento que visita cada vez que está en Palma la reina doña Sofía. «Viene por aquí desde hace unos veinte años», nos dijo María Jesús, la dependienta. No debe de extrañar, pues, que todos sus nietos hayan salido de la clínica en la que han nacido vestidos con alguna prenda comprada en este comercio.
Según contó don Felipe en el momento de recibir el regalo, recientemente había pasado por esa tienda con doña Letizia, pero no se interesaron por nada por no levantar sospechas. El dato no los confirman en Apolonia. Fue la pasada Semanan Santa, el Sábado Santo, cuando salieron a pasear por Palma -por esas calles, para ser exactos- con la Reina y las duquesas de Palma y de Lugo. «Estuvieron aquí, la madre les mostró algunas prendas, pero ellos no hicieron ningún comentario».
¿Que cuánto se gastó la alcaldesa de Palma en ese regalo? Ellas no lo dicen; no está bien. Nosotros respetamos su punto de vista, pero, según pudimos deducir viendo los precios de algunas prendas similares expuestas en el escaparate, entre 150 y 200 euros. Posiblemente algo más.
Pero, sin duda, el primer regalo a nivel polular que recibió doña Letizia fue el que le entregó Carmen Masip, funcionaria de la Conselleria de Presidència. Fue el lunes, a poco de finalizar el primer acto del Consolat. «Aprovechando el tiempo que tenemos para el desayuno, nos pusimos cerca de la puerta del Consolat. Cuando los Príncipes pasaron por delante de nosotras, llamamos la atención de doña Letizia. Ambos se acercaron hasta donde estábamos. Entonces, al entregarle las botitas ella me dijo que le hacía «mucha ilusión» por ser «el primer regalo que tenemos», subrayó don Felipe.