Había especial interés por conocer el discurso del príncipe Felipe en la Escola d'Hoteleria y la reacción del sector empresarial ante el mismo fue ayer noche unánime, a tenor de la salva cerrada de aplausos con que agradecieron sus palabras. El Príncipe, acompañado de doña Letizia, dejó claro el camino a seguir y el apoyo de la Corona a una actividad, como el turismo, que «promociona los valores sobre los que se asienta nuestra imagen internacional». Don Felipe, en su intervención ante unos 125 empresarios, animó al sector turístico balear a «perseverar en vuestro loable afán por volcar nuevas energías en la innovación, en la formación, en la calidad, en la creatividad, en la diferenciación de recursos, en la prospección de nuevos mercados hasta ahora insospechados, en la puesta en valor del singular patrimonio histórico-artístico de estas Islas y, en fin y muy especialmente, en la protección del medioambiente».
Destacó de manera especial que esta protección, «es un valor crecientemente apreciado en los países que constituyen nuestros mercados tradicionales y, particularmente, entre las nuevas generaciones. El medioambiente es en definitiva el que nos soporta a todos, nuestro disfrute, nuestro negocio y nuestra vida. Cuidémoslo, convencidos de que sólo así nos podrá sostener en el futuro». Incidió en resaltar su «orgullo» ante el «espectacular crecimiento del sector turístico balear y su disponibilidad para afrontar con decisión las innovaciones que demanda la actual coyuntura». Y alabó, la laboriosidad y la capacidad de iniciativa de los empresarios de Balears, así como la «generosa hospitalidad» de las Islas.
Y, entre otras cosas, no perdió la oportunidad de expresar su reconocimiento ante «el espíritu emprendedor» y «prolongado liderazgo que este archipiélago ha sido capaz de alumbrar en materia turística». El sector turístico balear invitado ayer a la cena en el Aula Magna de la Escola d'Hoteleria, escuchaba atentamente sus palabras, mostrando en cierto modo sorpresa y al mismo tiempo satisfacción por el hecho de que el Heredero de la Corona utilizaba un lenguaje propio del sector, más aún cuando don Felipe apuntó que el archipiélago balear es «un destino turístico de primera magnitud, de incontestable solera y de profundo atractivo para visitantes de muy diversas procedencias y preferencias», al mismo tiempo que constataba que los profesionales de la industria turística balear «han contribuido con especial protagonismo a la modernización y desarrollo de esta Comunidad Autónoma, lo que revierte en la configuración de una España cada vez más cosmopolita y competitiva».