Doce socorristas de la Creu Roja velarán esta temporada por la seguridad de los bañistas de la Platja de Palma. Un dispositivo de prevención que ayer contó con las pruebas prácticas de selección entre una treintena de alumnos que se han apuntado al cursillo de este año y que ha incluido asimismo un test junto a los ejercicios de reanimación.
Según los responsables del ejercicio, la misión de los socorristas de la Creu Roja se fundamenta en la actualidad en la proactividad, o función preventiva basada en informar a los bañistas de los posibles riesgos tanto en la arena como en el mar y que van desde un exceso de sol a los síntomas de ahogamiento, perceptibles por los vigilantes de la playa antes de que acontezcan.
Ataviados con aros salvavidas, latas y tubos de rescate, los participantes en la pruebas se lanzaron ayer con arrojo al auxilio de una víctima de ahogamiento. Para ello y distribuidos en grupos de dos, describieron un cuadrado en el que realizaron las tres fases determinantes a la hora de puntuar la prueba: la celeridad de natación, la habilidad acuática y de aproximación y la destreza en la toma de contacto hasta arrastrar a la víctima a la orilla.
La mayor parte de víctimas por ahogamiento, indican los monitores, se producen en las zonas más frecuentadas como son la orilla, en la primera lámina de agua, debido a las corrientes, las olas orilleras y los desniveles, que para los niños y personas mayores o poco conocedoras del mar suponen un claro riesgo. Durante el pasado año la mayoría de intervenciones a cargo de los socorristas de la Creu Roja se centraron en asistencias por golpes de calor, pequeñas heridas y picaduras de medusas, incidencias que si bien requieren un tratamiento de urgencia pueden ser atendidas en la playa, salvo complicaciones. Los socorristas destacan que se debe actuar antes de pasados cuatro minutos, aunque el mayor problema radica en la poca concienciación por parte de los bañistas y la falta de autoridad del vigilante a la hora de prohibir cualquier actividad, como bañarse con bandera roja o hacer caso omiso a cualquier otra señalización de peligro.
Gabriel Alomar